Atención prioritaria a los desposeídos en estas jornadas frías
Edición Impresa | 25 de Junio de 2025 | 02:39

A pocos días de iniciado el invierno el frío arrancó fuerte, rozó el cero en los termómetros y se dieron en la Ciudad muchas de las condiciones para que nevara, aguardándose para estos días temperaturas muy bajas según señaló el Servicio Meteorológico Nacional. Pero, además, se sumaron fuertes vientos, que provocaron la caída de árboles, ramas, tendidos eléctricos y hasta la voladura de techos.
Potentes ráfagas sacudieron el distrito, con picos más altos en la periferia y es verdad que sólo de manera milagrosa no se registraron heridos ni daños materiales de magnitud, aunque sí volvió a quedar en claro la fragilidad de nuestra zona frente a contingencias climáticas fuera de lo normal.
Además del techo de muchas viviendas, se desprendieron chapas de algunas escuelas y entre los numerosos árboles caídos uno se desplomó sobre una vivienda de 45 y 204, provocándole severos daños a la edificación.
Si bien se habla de contingencias que define la naturaleza, también está claro que es necesario desplegar en esta época un eficaz trabajo preventivo, sobre todo en aquellos sectores en donde se concentran las necesidades más urgentes y de ese modo llegar a las familias y personas en riesgo con una respuesta oportuna.
El trabajo heroico y desinteresado que despliegan muchos voluntarios y entidades de bien público, noche tras noche, en favor de los sin techo, debe irradiarse hacia todos los sectores pauperizados y en esto es el Estado el que tiene una responsabilidad indelegable.
Para combatir el frío, se recomienda a la generalidad de la población abrigarse bien, especialmente cubriendo cabeza, manos y pies. Además, es importante mantenerse hidratado, comer alimentos calientes y evitar cambios bruscos de temperatura. Si es posible, pasar tiempo en lugares cálidos y limitar la exposición al frío extremo.
Sin embargo, las últimas encuestas sobre índices de pobreza y desempleo -y también acerca de los elevados índice de desnutrición infantil- no dejan lugar a mayores análisis, sino que obligan, en especial a los organismos oficiales con incumbencia- a llegar con prontitud a los lugares carenciados y se ocupen de albergar llegado el caso y dar alimento y abrigo a los más desposeídos.
El aporte del Estado en esta materia es indispensable y, conjugado con el que proviene de la solidaridad comunitaria, puede resultar un alivio esencial en tanto se administre y distribuya con necesaria rapidez y eficacia. Pero también se requiere una adecuada asistencia sanitaria, tanto en materia de prevención como de tratamientos de rehabilitación. En ese sentido, es fundamental el rol a cumplir por los centros comunitarios de salud, ubicados en las zonas con mayores índices de pobreza.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE