No debe promoverse la eternización en ningún cargo público
Edición Impresa | 28 de Junio de 2025 | 01:01

En tiempos en los que los partidos políticos se encuentran cuestionados ya no sólo en nuestro país sino en el resto del mundo -a partir de percepciones acerca de que no representan adecuadamente a la ciudadanía, a la falta de transparencia con que suelen actuar y a la incapacidad para resolver los problemas sociales- los senadores bonaerenses, en forma imprudente frente a ese contexto, acaban de aprobar un proyecto de ley que establece las reelecciones indefinidas de legisladores, concejales y consejeros escolares.
Esa decisión legislativa suscitó de inmediato diversas críticas, ya que su contenido afecta de manera directa al sistema republicano. La periodicidad y alternancia de los mandatos es un principio fundamental de esa forma de gobierno, a la que suscribió el país desde siempre. Y ese principio, que debiera ser insoslayable, implica que los cargos públicos tienen una duración limitada y definida.
Es de sana interpretación democrática que los cargos públicos -salvo la excepción prevista y fundada para los magistrados- no deben ser vitalicios. Los cargos no existen para que una persona se eternice en su ejercicio, sino que cuentan con el límite del recambio periódico, como forma de garantizar eficiencia en la función pública. El funcionario sólo es un empleado de la sociedad, no un monarca al que se le debe sumisión.
La alternancia permite examinar y exigir la rendición de cuentas de lo realizado por cada funcionario. En cambio, la prolongación indefinida de los mandatos, como la aprobada ahora por el Senado bonaerense, conspira contra toda renovación y priva al pueblo de buscar alternativas de recambio.
La iniciativa que ahora pasó a consideración de la Cámara de Diputados resultó ajustada en la votación, ya que salió 22 a 22, de modo que tuvo que desempatar la vicepresidenta del Senado, que terminó inclinando la balanza.
Cabe señalar que de acuerdo a las leyes vigentes en la provincia de Buenos Aires, un gobernador, un legislador (diputado o senador) o un intendente puede ser reelecto por un solo período consecutivo. Después de dos períodos consecutivos en el mismo cargo, no puede ser elegido para esa misma función sino hasta que haya pasado un período intermedio.
Ahora la iniciativa fue girada a la Cámara de Diputados, donde podría avanzar en las próximas semanas. El proyecto aprobado en la Cámara alta no incluye a los intendentes que, al menos por ahora, mantienen el límite de dos períodos consecutivos. Se sabe que muchos jefes comunales vienen reclamando también por la reelección indefinida. Hay intendentes en la Provincia que ejercen como tales desde hace 23 años.
Tratadistas de enorme prestigio mundial no dejaron de señalar -desde fines del siglo XVIII, a partir de la irradiación universal de la Revolución Francesa y de la Constitución de los Estados Unidos- que la reelección indefinida de funcionarios públicos puede tener graves derivaciones, entre ellas, la concentración de poder, la falta de renovación política, el agotamiento de las gestiones y el riesgo de autoritarismo. Además, puede debilitar la competencia política y generar desequilibrios en el sistema democrático.
Es de esperar, entonces, que la Cámara de Diputados bonaerense rechace esta reforma inconsulta propuesta por los senadores, que no responde además a ningún reclamo de la población y que, en la práctica, apunta a eternizar en sus bancas a quienes debieran ocuparlas y dignificarlas en períodos acotados.
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