Cattáneo y Cortese brindaron claves técnicas para una siembra eficiente de cebada 2025

Los especialistas destacaron recomendaciones sobre herbicidas, nutrición, semillas y manejo de siembra, ante el inicio de la campaña que abarcará entre 1,15 y 1,25 millones de hectáreas.

En Argentina, con el inicio de la campaña de siembra de cebada 2025 —que se desarrollará entre junio y julio—, los Ingenieros Agrónomos Mario Cattáneo y Fidel Cortese compartieron desde el sitio especializado cebadacervecera.com.ar una serie de recomendaciones técnicas. Las sugerencias fueron publicadas junto a su informe de mercados y están dirigidas a productores del país que buscan optimizar el manejo agronómico del cultivo, cuya superficie se estima se mantendrá estable respecto al ciclo anterior, con un rango previsto entre 1.150.000 y 1.250.000 hectáreas.

Entre los puntos destacados, los especialistas alertaron sobre la necesidad de revisar los herbicidas utilizados en el cultivo anterior y en los barbechos. “La residualidad remanente en el lote de algunos, en particular diclosulam, imazetapir, clearsol y fomesafen, puede producir fitotoxicidad, en algunos casos grave”, señalaron. Explicaron que la descomposición de estos productos depende de la actividad microbiana, fuertemente influenciada por condiciones de humedad y temperatura que no han sido homogéneas en las regiones cebaderas.

Cattáneo y Cortese también recomendaron el uso de semilla fiscalizada para asegurar calidad y pureza. Además, enfatizaron la importancia de conocer el poder germinativo, la energía germinativa y la carga fúngica de la semilla. “Hoy existen en el mercado diferentes curasemillas que nos aseguran una buena cobertura sanitaria”, indicaron, y remarcaron que una tecnología adecuada de tratamiento es clave para aprovechar al máximo los terápicos aplicados.

Respecto a la siembra, insistieron en prestar atención a la regulación de la sembradora, especialmente en cuanto a profundidad y uniformidad, más aún en zonas con altos volúmenes de rastrojo tras cultivos de verano. Subrayaron que estas condiciones pueden interferir en el correcto desempeño de la maquinaria.

La nutrición del cultivo fue otro de los ejes abordados. Los técnicos remarcaron la necesidad de realizar análisis de suelo para ajustar la fertilización según las exigencias y destino del cultivo. Además del Fósforo y Nitrógeno, señalaron deficiencias frecuentes en Azufre y Zinc: “Son elementos de bajo costo y con un impacto que casi siempre pagan la inversión”, detallaron, y recordaron que el Azufre, en particular, también favorece el rendimiento en cultivos de segunda como la soja.

Por último, indicaron la relevancia de conocer el historial de malezas del lote y de aplicar estrategias de control anticipado. “Existe la posibilidad de usar herbicidas de presiembra o de preemergencia que nos aseguran una estrategia de control para malezas complicadas como el rye grass y varias crucíferas”, afirmaron. Advirtieron que el período de espera entre la aplicación y la siembra es mayor en cebada que en trigo, por lo que es clave respetar esos tiempos. Además, destacaron la importancia de alternar modos de acción para enfrentar la creciente problemática de malezas resistentes.

Los ingenieros concluyeron con una recomendación clave: “Como siempre, estos puntos deben asegurarse y al ser particulares para cada caso, recomendamos un correcto asesoramiento profesional del que cuenta cada Productor, Cooperativas y Acopios”.

 

Cebada

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