Un arca de Noé para salvar a los animales de la violencia narco

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Elefantes, leones, tigres de bengala. Ni los animales más temidos están a salvo de la violencia del narcotráfico en el estado mexicano de Sinaloa, donde, en un episodio con tintes bíblicos, fueron evacuados para protegerlos de la criminalidad. La insólita mudanza de unos 700 animales que vivían en un santuario cerca de la ciudad de Culiacán es la más reciente secuela de la sangrienta guerra entre dos facciones del cártel de Sinaloa, un conflicto que desde septiembre trastoca la vida de este estado del noroeste del país. Amedrentados, sin poder siquiera dar de comer a los animales del santuario, como cocodrilos, cebras, aves exóticas, los responsables del refugio Ostok no vieron más opción que cerrarlo y huir a otro lugar. “Esta caravana de animales es una especie de Arca de Noé en pleno siglo XXI. Pero esta vez, los animales no huyen de un diluvio, sino de la inseguridad, el miedo y la zozobra”, dijo Ernesto Zazueta, director del santuario, poco antes de iniciar el traslado.

Cuidadosos, los trabajadores de Ostok sedaron primero a las fieras más peligrosos, como leones y tigres, para poder meterlos en las jaulas para su viaje de 220 kilómetros de ruta hasta Mazatlán, un popular destino turístico del Pacífico sinaloense. Su nuevo hogar será el bioparque El Encanto, donde Zazueta asegura que los animales vivirán en mejores condiciones. Para los elefantes, hicieron falta dos grandes contenedores y una enorme grúa para montarlos en los tráileres. Antes de la mudanza, directivos y trabajadores de Ostok soportaron amenazas, extorsiones, el robo de un vehículo y equipos, además de los bloqueos y balaceras que se han convertido en parte de la vida cotidiana en Culiacán.

 

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