Heladas y frío reducen la presencia de chicharrita del maíz en zonas clave del país
| 1 de Julio de 2025 | 18:09

Entre el 3 y el 19 de junio, en Argentina, se realizó el 21° informe de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis (chicharrita del maíz), que reveló una caída en las poblaciones de esta plaga en las regiones Centro Sur, Centro Norte y Litoral. El trabajo, elaborado por especialistas del agro, se publicó en el contexto de una nueva ola de heladas que, al igual que en el invierno de 2024, vuelve a actuar como barrera natural para su proliferación.
En esta campaña 2024/25, el insecto pasó casi desapercibido, en contraste con los graves daños provocados durante el ciclo 2023/24. La Red indicó que "las temperaturas bajo cero y las heladas ayudan a disminuir la población de chicharritas", un efecto que también fue destacado por Cristian Russo, jefe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Aunque en zonas endémicas del NOA y NEA las densidades continúan siendo elevadas, los análisis moleculares muestran una reducción en la infectividad del vector con Spiroplasma (CSS), respecto al verano. “Esta baja podría deberse a un recambio generacional —con adultos emergiendo sin contacto con plantas enfermas— y a condiciones climáticas menos favorables para la propagación del patógeno”, explicaron desde la Red.
En tanto, especialistas remarcan la necesidad de continuar con monitoreos intensivos, incluso durante el invierno y en cultivos ya cosechados. Las trampas cromáticas adhesivas, junto con inspecciones en cultivos de servicio, invernales o malezas, siguen siendo clave para detectar la presencia del insecto.
Durante los meses fríos, Dalbulus maidis cambia de color, volviéndose más oscuro, lo que exige mayor atención en su identificación. Comprender su dinámica estacional es fundamental para anticiparse a posibles brotes y aplicar el manejo integrado de plagas (MIP) de forma eficaz.
Finalmente, desde el INTA y el GEA recordaron que inviernos como el de 2024 —más fríos de lo habitual, con heladas que incluso superaron los registros de 2007 y 2018— favorecen el "saneamiento" de grandes áreas agrícolas como la pampeana. “Las heladas resetean el sistema”, señalaron, al reducir tanto a los vectores como a los maíces voluntarios que sirven de reservorio.
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