Gimnasia: debut fallido que generó bronca y preocupación
Edición Impresa | 13 de Julio de 2025 | 02:23

Por FACUNDO ACHÉ
Otra vez la misma historia. Pasa el tiempo y Gimnasia está siempre igual. Los entrenadores y jugadores pasan y la mediocridad del equipo es una constante, con la enorme preocupación que generan resultados que ponen nuevamente al Tripero en la pelea por no descender, como ya lo vivió en una situación límite hace un año y medio en Rosario.
Si bien el mercado de pases no dio lugar a la ilusión, la mayoría de los hinchas se fueron del Bosque desesperanzados. Por eso, nuevamente hubo un clima espeso con insultos para Cowen, cuestionamientos hacia los jugadores, indiferencia con Orfila y mucha tristeza de la gente, a la que en los últimos años le robaron cualquier tipo de expectativa.
Gimnasia pareció ser más intenso en el inicio del juego. Fue un espejismo. Se pasó de revoluciones y no tuvo fútbol, aunque casi reinicia de la misma manera que terminó la Liga pasada, porque en la primera jugada de peligro Garayalde casi factura de cabeza como en aquella victoria sobre la hora ante el futuro campeón, Platense.
Aguerrido, metedor, aún con errores, el equipo de Orfila buscó ser directo en ataque, pero sin ideas. Lejos del pelotazo, en los primeros minutos intentó jugar, especialmente al juntar a Pintado, Sosa y Zalazar por la derecha.
Jeremías Merlo levantó a la gente con un par de arranques por la izquierda. Sin embargo, el partido fue enredado, con un equipo albiazul que mostró mucha voluntad y poca claridad.
A pesar de la falta de peligro, hubo un manotazo salvador de Nelson Insfrán ante un centro de Luna que podría haber tenido otras consecuencias. Apareció Sosa y un remate de Merlo desde fuera del área llevó nuevamente peligro.
Sin embargo, una desatención en una pelota quieta terminó con la pelota de lado a lado del área y un cabezazo de Cordero que obligó a un atajadón de Insfrán, quien utilizó todo el cuerpo como un arquero de handball. Y enseguida el Mono se llevó todos los aplausos al sacarle un mano a mano a Luna en el que solo el arquero no creyó en el gol de la Gloria. Instituto fue más y le marcó diferencias crecientes en el juego.
En el golpe por golpe, Gimnasia la pasó mal. Tampoco Instituto tomó demasiados recaudos, por eso el partido tuvo momentos interesantes. Alan Sosa mostró una virtud oculta, el cabezazo. Por esa vía tuvo dos chances, una con un anticipo bombeado que Roffo sacó al corner. Con el tiempo casi cumplido, llegó el gol de Instituto con un remate de Alex Luna ajustado contra el poste. Nada pudo hacer Insfrán, que había mantenido al Lobo en partido con dos grandes atajadas. El 1-0 aumentó el nerviosismo tanto dentro como fuera de la cancha, por eso los silbidos despidieron al equipo, al tiempo que nuevamente hubo insultos para la Comisión Directiva.
Gimnasia, en el balance, mostró mucha voluntad y poca claridad en el juego
En el inicio del segundo tiempo, se profundizó el nerviosismo del final de la primera parte. Fue un muestrario de errores y malas decisiones que -al menos- no tuvo consecuencias en el arco propio. Un remate de Pintado desde afuera del área que se fue por arriba del travesaño fue la primera acción de riesgo del complemento.
El nivel del equipo obligó a Orfila a realizar variantes. Primero, salió lesionado Zalazar, reemplazado por Manuel Panaro. Luego, Leandro Mamut y Castro entraron por Garayalde y Sosa, en una búsqueda de mayor presencia en el eje central del campo de juego.
El nivel del equipo obligó a Orfila a realizar variantes. Primero, salió lesionado Zalazar, reemplazado por Manuel Panaro. Luego, Leandro Mamut y el Pata Castro entraron por Garayalde y Sosa, en una búsqueda de mayor presencia en el eje central del campo de juego. Los cambios parecieron mejorar al equipo, ya que un pase del Pata para Merlo terminó en el tiro de esquina luego de que un defensor trabase el disparo del juvenil.
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Otra vez aparecieron los hinchas, que cantaron primero contra los jugadores y nuevamente apuntaron a la dirigencia. el debutante Marcelo Torres y Briasco ingresaron por Mammini -de flojo partido- y Merlo. Lejos de acercarse al empate, siempre la Gloria estuvo más cerca del segundo, por eso otra buena atajada de Insfrán mantuvo al Lobo en partido.
Un zurdazo de Pedro Silva que pasó cerca del caño izquierdo fue uno de los escasos indicios de recuperación de un equipo que jugó un partido flojisimo, continuidad del último semestre. Después, un cabezazo de Castro fue otro de los ataques a cuentagotas de un equipo sin luces ni ideas, que por momentos ni siquiera pudo encontrar la pelota, dominado por los nervios que lo llevaron a jugar de mayor a menor.
Más allá de los ataques espasmódicos del final, el Lobo mostró su peor cara. Y lo peor es que parece tropezar siempre con piedras similares, porque los refuerzos no aportan soluciones y corre el riesgo de extrañar las salidas de futbolistas cuestionados simplemente porque parece tener menos que antes.
La preocupación es grande. Gimnasia no puede limitarse a esperar que a los rivales que pelean por no descender les vaya mal. Y el futuro viene negro, con un viaje al Nuevo Gasómetro y la visita de Independiente al Bosque. Orfila deberá arreglar a Gimnasia, porque en este nivel de rendimiento, el torneo se le hará demasiado largo y peligroso. Otra vez, la continuidad en primera está en peligro con un plantel cada vez más pobre.
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