Es preciso preservar planos y documentos de valor histórico

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Datos alentadores sobre la digitalización de planos históricos de la Ciudad y de la provincia de Buenos Aires fueron ofrecidos a este diario, al detallar sobre una tarea que se inició hace siete años en el Registro de la Propiedad bonaerense con el objeto de “reducir la vulnerabilidad de archivos físicos” y “asegurar el acceso eficiente a la información profesional”. Ello, como resultado de un acuerdo de ese organismo con el Consejo de Agrimensura provincial (CPA).

El programa ya permitió escanear más de 31.000 planos de La Plata diseñados desde la fundación de la Ciudad hasta 1946 y unos 125.000 de la provincia de Buenos Aires. La digitalización de planos es una herramienta fundamental para agilizar trámites, reducir la vulnerabilidad de los archivos físicos y asegurar el acceso eficiente a la información por parte de los profesionales y organismos, explicaron desde el CPA.

El proceso comenzó en 2017 y como se dijo y desde entonces se digitalizaron más de 125.000 planos de la provincia de Buenos Aires, abarcando documentación desde 1882. La tarea se desarrolló en distintas etapas. En la primera, se digitalizaron planos históricos del período 1882–1915. Los numerosos planos son escaneados para brindar mayor seguridad en la información catastral.

También se informó que se realizaron trabajos de escaneo de planos de más de 50 partidos de la provincia de Buenos Aires, entre los que se destacan La Plata, Olavarría, Tandil, Morón, Florencio Varela, Lomas de Zamora, Vicente López, San Isidro, Trenque Lauquen y Tres Arroyos entre otros. A rasgos generales, debe decirse que merecen una debida y actualizada conservación muchos documentos públicos y privados que se encuentran guardados en archivos y bibliotecas. Sin embargo, se conoce que, lamentablemente, miles de libros y colecciones de gran valor histórico existentes en bibliotecas y otras dependencias públicas de nuestro país, cuando no resultan robados, deben ser sacados de los anaqueles luego de sufrir largos procesos de deterioro sin que se haya intentado preservarlos aplicando procedimientos de selección, tratamientos y preservación eficaces.

Desde luego que similares y en oportunidades muy graves procesos sufren los documentos públicos, apilados al azar durante años, sin ponderarse si allí sólo existen papeles para reciclar o documentos que con el tiempo cobrarán un valor trascendental. En muchos casos debe decirse, lamentablemente, que la falta de criterios rectores se traduce en la pérdida de papeles valiosos y, en cambio, el mantenimiento de documentación de escaso o nulo valor histórico o jurídico.

La digitalización aligera también buena parte de la documentación original que se conserva. Por consiguiente, debieran alentarse todas las iniciativas –como esta que emprendieron en forma conjunta el Registro de la Propiedad y el Consejo de la Agrimensura- que apunten a ese objetivo y permitan abrir una instancia de identificación y preservación de todos aquellos patrimonios documentales públicos o privados que no debieran perderse bajo ninguna excusa.

 

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