Nutrición sin matrícula: el peligro del intrusismo profesional
Edición Impresa | 20 de Julio de 2025 | 07:03

En perfiles de Instagram, TikTok o WhatsApp aparecen a diario mensajes como “asesorías personalizadas”, “planes detox” o “acompañamiento nutricional desde la experiencia”.
No se trata de nutricionistas, sino de personas sin formación específica ni matrícula habilitante que, sin embargo, ofrecen servicios vinculados a la alimentación y la salud. El fenómeno, extendido en todo el país y presente con fuerza en ciudades como La Plata, representa una forma de intrusismo profesional que preocupa a las instituciones de salud y a los colegios profesionales.
El problema no es nuevo, pero sí creciente.
A medida que las redes sociales se consolidan como espacio de consumo de información, y en un contexto de saturación del sistema sanitario y crisis económica, muchas personas optan por contratar servicios alimentarios no profesionales. A veces motivadas por los bajos costos, otras por el fácil acceso, y otras por la promesa de resultados rápidos. Lo que no siempre se dimensiona es que esas prácticas, en muchos casos, ponen en riesgo la salud física y mental de quienes las siguen.
“La consulta a influencers ocurre porque ya no se consulta a los profesionales que tienen experiencia en las temáticas, que son divulgadores”, explicó en diálogo con EL DIA, Laura Salzman, presidente de Colegio de Nutricionistas de la provincia de Buenos Aires.
EL AVANCE DE LOS NO PROFESIONALES
Los ejemplos son múltiples: personas que elaboran planes alimentarios sin haber cursado una carrera universitaria; influencers que recomiendan ayunos prolongados, suplementos y dietas restrictivas sin considerar condiciones clínicas; o asesorías virtuales que operan bajo nombres como “coach nutricional”, “terapeuta holística” o “orientador en bienestar”. En general, se amparan en el relato de su experiencia personal con la alimentación o la actividad física, y apelan a un lenguaje emocional, de autoayuda, muchas veces difícil de refutar desde la evidencia científica.
En plataformas como Instagram, es común encontrar casos en los que se ofrecen guías alimentarias descargables a cambio de dinero, recomendaciones sobre productos “naturales” o desafíos de adelgazamiento colectivo. Estas propuestas rara vez incluyen un análisis clínico previo, seguimiento adecuado o advertencias sobre riesgos metabólicos, hormonales o psicológicos.
“Es grave porque hay sobre información brindada por personas que nada tienen que ver con la nutrición. La industria alimentaria o las farmacéuticas buscan a estos influencers para promocionar productos”, agregó Salzman.
RIESGOS Y CONSECUENCIAS
Aunque no siempre se visibiliza, el impacto del intrusismo puede ser grave. En instituciones médicas y consultorios profesionales, ya es habitual que lleguen pacientes con complicaciones derivadas de haber seguido indicaciones alimentarias sin respaldo científico.
El problema no es solo físico. También hay consecuencias emocionales: frustración, baja autoestima, dependencia de métodos extremos o temor al alimento.
LA VOZ DEL COLEGIO
En la Provincia de Buenos Aires, el Colegio de Nutricionistas es el organismo que nuclea, fiscaliza y regula el trabajo de las y los profesionales del área. Solo quienes figuran en su padrón pueden ejercer legalmente como nutricionistas.
Sólo quienes figuran en el padrón del Colegio de Nutricionistas pueden ejercer
“Nosotros cumplimos un doble rol de cuidado: al profesional y a la comunidad. Pero lo cierto es que en este contexto de muchísima exposición de contenidos digitales y sobre información con soluciones mágicas para cambiar el cuerpo o bajar de peso, es muy difícil combatir el intrusismo”, expresó la presidente de Colegio de Nutricionistas de la provincia de Buenos Aires.
En este sentido, la terea del colegio es el repudio y la posterior denuncia, que depende del consejo directivo. Pero, desde la institución de contralor, puntualizaron en la importancia de “fortalecer la profesión de otros lugares, alzar la voz y generar condiciones óptimas para que la gente no recurra a estos ‘influencers’”, analizó Salzman.
Aunque el artículo 247 del Código Penal sanciona con prisión a quien ejerce una profesión sin título, su aplicación es escasa. La falta de denuncias formales, las dificultades probatorias y la informalidad con la que operan muchos intrusos hacen que la sanción sea la excepción, no la norma.
Desde los colegios profesionales se insiste en la necesidad de una mayor fiscalización por parte del Estado y campañas sostenidas de concientización hacia la población. También se señala el rol que deberían tener las plataformas digitales y redes sociales, que hoy funcionan como canales de promoción sin ninguna regulación en cuanto al contenido que se difunde.
EL ROL DE LAS REDES SOCIALES Y EL ALGORITMO
El algoritmo de las redes premia lo emocional, lo espectacular, lo breve. Frente a eso, la ciencia resulta incómoda: implica tiempo, análisis, responsabilidad y, a menudo, noticias poco atractivas. El modelo de consumo digital, sumado al deseo de resultados rápidos, genera el terreno ideal para que los discursos pseudocientíficos ganen terreno y sean más escuchados que una consulta profesional.
Muchas de las personas que siguen estas cuentas no desconfían porque lo que se ofrece se presenta como “motivacional” o “desde la experiencia”, y no como tratamiento. Pero cuando se cobra dinero, se ofrecen productos o se recomiendan restricciones alimentarias, se cruza un límite legal y ético.
El problema es que en muchos casos esa línea no está clara para el público. Por eso, desde el Colegio de Nutricionistas se recomienda verificar siempre que la persona a consultar esté matriculada y que figure en el padrón que se puede consultar en la página oficial de la institución.
❑ Debe tener título universitario de Licenciado/a en Nutrición.
❑ Debe contar con matrícula habilitante vigente.
❑ Puede encontrarse en el padrón oficial del Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires.
❑ Tiene que ser parte del Registro de Prestadores de profesionales.
❑ Debe respetar la historia clínica y el consentimiento informado.
1. VENTA DE PLANTES ‘PERSONALIZADOS’: comercialización del producto sin anamnesis ni historia clínica.
2. RECOMENDACIÓN DE SUPLEMENTOS: aconsejar el uso de ciertos productos, ‘detox’ o ayunos sin prescripción profesional.
3. ASESORÍAS VIRTUALES:: a través de las redes sociales, sin marco ético ni respaldo legal.
4. LA PROMESA DE CAMBIOS INMEDIATOS: pacto de pérdida de peso inminente o cambios corporales garantizados.
5. EL TIPO DE LENGUAJE: uso de palabras y términos pseudocientífico para validar propuestas no verificadas.
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