No fue la noche para Los Pumas y su gente

Por MARTIN CABRERA

mcabrera@eldia.com

Está claro que no fue la noche de Los Pumas. Ni cerca. Después de la expectativa que se había generado tras el triunfo sobre los British Lions se esperaba ver algo más del seleccionado nacional, que está en franco crecimiento desde que asumió Felipe Contepomi como su head coach. No fue anoche la versión esperada en la derrota 35-12 ante Inglaterra en La Plata.

¿Fue un paso atrás? No, porque faltaron algunos jugadores respecto al partido mencionado y porque enfrente tuvo un rival con menos nombre en cuanto a las individualidades pero muchísimo más trabajo en lo colectivo. Fueron dos partidos totalmente diferentes y quedó en evidencia desde el primer minuto.

En el arranque fueron Los Pumas quienes salieron decididos a copar la parada. Dominaron territorialmente todo el período y no llegaron al try por malas decisiones en los metros finales, por la tremenda defensa de su rival y por falta de efectividad. Contepomi culpó a las dimensiones del campo de juego, pero lo real es que su equipo no supo cómo romper la barrera azul que le propuso el seleccionado rival. Mucho pick and go a metros del ingoal, demasiadas fases con sus forwards agrupados y así se fueron apagando las ilusiones de la multitud por gritar un try. Dos veces la pelota quedó arriba de un rival, en otras se cometieron infracciones y muchas veces chocaron contra tackles que derribaron. No hubo decisión en la conducción del equipo de sacar la pelota para las bandas pero a juzgar por la posición en la cancha los jugadores estuvieron muy estáticos y con poca profundidad para decidirse romper en velocidad. No fue la mejor versión de Beltranau ni Santiago Carreras, que para colmo falló un penal casi frente a los palos en la mitad del primer tiempo, que presagió una noche fría y para olvidar. Ni siquiera el seleccionado nacional supo sacarle rédito a tener dos jugadores de más, ya que en los primeros 20 minutos Inglaterra sufrió dos tarjetas amarillas, para un segunda línea y un centro. El mayor castigo fue que la primera vez que pasó la mitad de cancha George Ford (la figura de la noche) clavó un drop que puso el 3-0 parcial del primer tiempo.

Se esperaba que de arranque Los Pumas mejoraran su juego. O cambiaran la estrategia para vulnerar a un rival al que tenían sometidos. Pero en 10 minutos casi que tiraron el partido a la basura. Todo mal hizo el equipo en ese arranque, situación que el rival aprovechó para marcar tres tries que prácticamente liquidaron el partido. Penal, line, maul y luego de dos fases la pelota para afuera fue suficiente como para que los ingleses marcaran tres tries, dos de ellos convertidos por su apertura Ford que cuanto más lo silbaban mejor se concentraba. El partido quedó 22-0 y en las plateas todos se miraban y no lo podían entender.

Contepomi comenzó con los cambios, primero con la primera línea y luego en la tercera y el medioscrum, que pedía a gritos una variante. No es que cambió el partido pero fue el lapso en el cual Los Pumas fueron más prácticos y ligeros para mover la pelota para alejar el juego de las formaciones en las cuales los ingleses se sentían más confiados y seguros.

Al menos se modificó el score. A los 12 minutos Pablo Matera apoyó el try que le dejó Santiago Cordero y ocho minutos después fue Rubiolo el que se metió con la pelota dentro del ingoal tras una gran jugada por la banda derecha, en donde fluyó el juego como nunca en todo el partido. Pases cortos y con ingresos profundos y la mejor conexión. Pareció que el seleccionado se metía en partido pero Carreras falló una conversión y luego su versión en inglés acertó dos frente a los palos. Esos seis puntos en contra fueron el golpe final para un equipo que se entregó y sufrió otro try más en contra que le hizo perder un partido que estaba en los planes pero en el cual mostró un nivel por debajo de sus posibilidades. Extrañó a algunos jugadores y dejó pasar una buena oportunidad para seguir quinto en el ranking por un tiempo más. En una semana se verá las caras otra vez pero en San Juan.