Fracasó el acuerdo global contra la contaminación plástica

Edición Impresa

No habrá un tratado global contra la contaminación por plásticos en Ginebra: diez días de tensas negociaciones concluyeron en la madrugada del ayer con un amargo fracaso para el medioambiente y la diplomacia.

El representante de Noruega, copresidente de un grupo de países que defendía un tratado “ambicioso” para proteger el medioambiente y la salud humana, lo anunció al inicio de la última reunión plenaria de esta cita mundial de 185 Estados: “No tendremos un tratado sobre la contaminación plástica aquí en Ginebra”.

El presidente de las negociaciones, el ecuatoriano Luis Vayas Valdivieso, había presentado dos versiones diferentes de borrador en 24 horas, la última de ellas la noche del 14 al 15 de agosto en medio de un ambiente de caos y expectativa. Pero los jefes de delegación, reunidos en esa sesión extraordinaria al amanecer, no lograron ponerse de acuerdo sobre esta último texto, a pesar de una evolución en la redacción.

El documento, que aún contenía más de un centenar de puntos por revisar y acordar, constituía una “base aceptable para la negociación”, indicaron dos fuentes gubernamentales.

En el debate, no se alcanzó un consenso, tal y como señalaron los representantes de Arabia Saudita, India y Uruguay. “Hemos perdido una oportunidad histórica”, estimó Cuba.

Bandos irreconciliables

Durante todo el proceso, se libró una batalla campal entre dos bandos que parecen irreconciliables: Los “ambiciosos”, entre los que se encuentran la mayoría de países de América Latina, la Unión Europea, Canadá, Australia, África o las naciones insulares, quieren reducir la producción mundial de plástico y controlar las moléculas más preocupantes para la salud. Enfrente, los países principalmente petroleros rechazan cualquier restricción a la producción o prohibición de moléculas o aditivos peligrosos.

Estos últimos no toleraban que la negociación se basara en “todo el ciclo de vida” del plástico, es decir, desde la sustancia derivada del petróleo hasta su estado de residuo. Llevaron a cabo una campaña de presión para conseguir que se modificara el “alcance” o el ámbito de aplicación del texto del tratado, que se había fijado en 2022 durante la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el Medioambiente.

Bajo la atenta mirada de los representantes de las industrias petroquímicas presentes en los pasillos, los países ya habían fracasado en la elaboración de un acuerdo común anteriormente, en Busan (Corea del Sur) a finales de 2024.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE