El radicalismo no competirá pero pondrá nombres en varias listas

Histórico: no integrará ninguna alianza ni irá a los comicios de octubre con sello propio. Dispersión en medio de una interna feroz 

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La crisis interna por la que atraviesa el radicalismo bonaerense terminó por explotar en la definición de la política de alianzas del partido de cara a las elecciones nacionales de octubre. En medio de denuncias, autoridades provisorias producto de disputas sin saldar y pujas de poder, en un hecho histórico la UCR no competirá formalmente en este turno electoral.

El sello partidario quedó afuera al naufragar el acuerdo que se venía tejiendo con Provincias Unidas, el armado que empujaba el cordobés Juan Schiaretti. Desechada la idea de reflotar la histórica lista 3 radical, dirigentes partidarios buscaron distintos destinos.

Así, el sector que lidera Miguel Fernández puso en la lista de la Coalición Cívica de Elisa Carrió a Elsa Llenderrozas y los intendentes a Lisandro Hourcade (Magdalena) y Román Bouvier (Rojas). En tanto, el sector Evolución que lidera Martín Lousteau, se sumó a Provincias Unidas.

Anoche, al cierre de esta edición, se hablaba de que otros dirigentes radicales exploraban irse a otros armados que se estaban presentando.

El quiebre en el radicalismo se venía insinuando desde hace varios meses cuando la interna que disputaron Miguel Fernández, avalado en ese momento por el senador nacional Maximiliano Abad, y Pablo Domenichini, del sector de Lousteau, quedó sin definición.

Si bien la junta electoral del partido dio como ganador a Fernández, Domenichini fue a la Justicia contra el escrutinio provisorio. Luego de varias idas y vueltas y nuevos planteos en los tribunales, el juez federal con competencia electoral, Alejo Ramos Padilla, ordenó realizar nuevas elecciones en una serie de mesas objetadas de varios distritos.

Para evitar la intervención del partido, se llegó a un acuerdo con fórceps entre Fernández y Domenichini. El ex intendente de Trenque Lauquen quedó a cargo de la presidencia del Comité Provincia y Domenichini se quedó con el control de la Convención, el organismo encargado de establecer la política de alianzas. Ambos, en forma provisoria hasta que se hagan los comicios complementarios.

Cuando llegó la hora de negociar una alianza para las elecciones bonaerenses de septiembre, se produjo un realineamiento y otro quiebre. Fernández rompió con el sector de Abad e hizo causa común con Domenichini.

Sin embargo, ese entendimiento duró poco. El sector de Lousteau puso proa rumbo a Provincias Unidas, el armado de varios gobernadores. Fernández no veía con malos ojos ir hacia ese esquema, pero la imposición del nombre del peronista Florencio Randazzo provocó su rechazo y el de la mayoría de los intendentes de la UCR. “No podemos militar una lista en nuestros pueblos con ese nombre al frente de la boleta”, decían.

En ese punto se generó otro conflicto. Domenichini firmó la alianza con Provincias Unidas y el resto de los sectores radicales la rechazó. Una convocatoria de urgencia a la Convención para ratificar ese acuerdo electoral fracasó por falta de quórum y, al final, la UCR se retiró de ese frente y se quedó sin competir.

En ese contexto, mientras el sector de Lousteau mantuvo su acercamiento a Provincias Unidas, el sector de Fernández ubicó dos nombres en la lista de Elisa Carrió.

Por su parte, el armado de Abad se terminó refugiando en Mar del Plata con el armado de una lista local que lleva el sello de Nuevos Aires para las elecciones del 7 de septiembre, en tanto apoya a candidatos propios en otros distritos que quedaron bajo el paraguas de Somos Buenos Aires.

 

UCR Elecciones cierre de listas 2025

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