Peritarán las historias clínicas de las víctimas del fentanilo mortal
Edición Impresa | 18 de Agosto de 2025 | 03:32

El Cuerpo Médico Forense, que depende de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, comenzará a peritar hoy las historias clínicas de los pacientes inoculados con fentanilo adulterado, con el fin de establecer si, como se presume, sus fallecimientos fueron desencadenados por fallas multiorgánicas provocadas por los efectos de esa sustancia con alto grado de toxicidad.
Tanto la responsabilidad de los laboratorios como la de los organismos de control del Estado están bajo cuestión, tras conocerse que evaluaciones previas a los hechos habían alertado sobre graves irregularidades en la producción del fármaco.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) realizó una serie de inspecciones del Laboratorio Ramallo, donde se elaboraba el fentanilo de HLB Pharma, entre el 28 de noviembre y el 12 de diciembre de 2024.
La conclusión fue que había “deficiencias significativas clasificadas como críticas y mayores” que afectaban “la calidad, seguridad y eficacia de los productos”.
Pero la ANMAT demoró dos meses, hasta el 10 de febrero, en disponer que el laboratorio “no podrá continuar con su actividad productiva” hasta corregir las falencias. Para entonces, el fentanilo contaminado ya había sido elaborado y distribuido por todo el país.
La investigación por el posible desvío de fentanilo para consumo ilegal agregó un nuevo capítulo: el juez Ernesto Kreplak ordenó una pericia clave en la Facultad de Ciencias Exactas de La Plata. Allí, los expertos abrirán una ampolla de fentanilo no contaminado para analizar su composición y buscar pistas sobre el circuito de la droga.
GRAVE DENUNCIA
En tanto, un grave panorama de irregularidades y manejos negligentes salió a la luz tras la revelación de una ex empleada del laboratorio HLB Pharma, Adriana, en una entrevista en Radio Rivadavia.
La mujer expuso un sistema de producción farmacéutica con fallas alarmantes, donde la falta de idoneidad del personal y los nulos controles de calidad eran la norma.
Según su testimonio, el laboratorio, que fabricaba inyectables de pequeño y gran volumen, incluyendo drogas de alto riesgo como el fentanilo, operó con una total ausencia de trazabilidad.
“Se contrataba gente específicamente para completar planillas de análisis microbiológicos que no existían”, afirmó Adriana. Explicó que los registros se falseaban manualmente y que la higiene era deficiente.
La causa que lleva adelante el juez Ernesto Kreplak tiene pendiente varias medidas
En particular, mencionó que los filtros utilizados para esterilizar las drogas se reutilizaban y se lavaban sin esperar los resultados de los controles. “Esos filtros se reutilizan y se lavan... no se esperan los resultados y ya se conecta toda la línea”, denunció, describiendo una práctica que ponía en riesgo la salud de los pacientes.
El relato de la ex empleada detalló que las condiciones ambientales eran precarias. A pesar de que se producían drogas que requerían un control minucioso, el laboratorio no contaba con la ventilación y la temperatura adecuadas (ver aparte).
“En pleno verano los chicos entraban en ropa interior a veces y con las puertas abiertas del calor que hacía, no podían aguantarlo”, sostuvo.
La falta de control se habría extendido incluso al ente regulador, la ANMAT.
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