Los Pumas hicieron historia en Vélez: así quedó el historial contra los All Blacks

Durante casi medio siglo, cada cruce entre Los Pumas y los All Blacks estuvo teñido por la desigualdad. La camiseta negra representó un obstáculo casi infranqueable para el rugby argentino. Sin embargo, esta tarde en el estadio José Amalfitani quedó grabada en la memoria colectiva: Argentina venció 29-23 y consiguió la primera victoria como local frente a Nueva Zelanda por la segunda fecha del Rugby Championship.

De las derrotas a las gestas 

Los números siguen siendo contundentes: más de 40 enfrentamientos oficiales, cuatro victorias argentinas, un empate y una larga serie de derrotas. El primer test match reconocido fue en 1985, en la cancha de Ferro, cuando un empate 21-21 alimentó la ilusión de que el mito podía quebrarse. Sin embargo, tras aquel día, llegaron 37 derrotas consecutivas.

La historia cambió recién en 2020. El 14 de noviembre en Sídney, Los Pumas dieron el golpe con un inolvidable 25-15, con Nicolás Sánchez como figura y una defensa sólida que desarticuló el poderío neozelandés. Dos años después, en Christchurch 2022, el equipo volvió a imponerse 25-18, y en Wellington 2024 repitió la hazaña con un 38-30 que consolidó la confianza.

El triunfo en Vélez, el primero en casa, se suma a esa lista de capítulos dorados y proyecta un nuevo escenario en la rivalidad.

Un antes y un después

El ingreso de Argentina al torneo en 2012 fue un punto de inflexión. En este certamen, Los Pumas enfrentaron a Nueva Zelanda en 25 oportunidades: lograron cuatro triunfos y sufrieron 21 derrotas. Más allá de la desventaja numérica, los éxitos conseguidos desde entonces son la prueba de que el equipo dejó de ser un invitado menor para convertirse en un competidor capaz de hacer temblar al tricampeón mundial.

Hoy, cuando los All Blacks entonan el haka, Los Pumas ya no se intimidan. Lo que antes parecía imposible ahora se transformó en una certeza: Argentina puede ganarles, en cualquier cancha.

Mirando hacia adelante

El dominio histórico de Nueva Zelanda sigue siendo amplio, pero la narrativa cambió. La rivalidad ya no se resume en derrotas dignas: también tiene triunfos de impacto mundial. Cada victoria argentina —en Sídney, Christchurch, Wellington y ahora en Liniers— demuestra que el seleccionado no solo resiste, sino que compite de igual a igual.

El terreno ya no es exclusivamente de los All Blacks. Cada vez que Los Pumas entran a jugar, lo hacen con la convicción de que están para ganar. Y ese cambio, más allá del marcador, es el que reescribe la historia.