Trabajo infantil: la crisis agrava las condiciones en el país
Edición Impresa | 24 de Agosto de 2025 | 05:29

El trabajo infantil en Argentina, lejos de ser una problemática superada, muestra signos de agravamiento en el contexto de crisis económica y social que atraviesa el país. Así lo revela un reciente informe del Observatorio de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, coordinado por el Defensor del Pueblo Adjunto de la provincia de Buenos Aires, Walter Martello, que advierte sobre el impacto creciente de la pobreza en la vida escolar y laboral de miles de chicos y chicas.
Según el análisis de los últimos datos oficiales, 2 de cada 10 niños que cursan sexto grado de la primaria (20,2%) faltan a la escuela por tener que colaborar en tareas del hogar, cuidar a familiares o realizar trabajos remunerados o no remunerados. La cifra se dispara hasta casi el 50% en los últimos años de la secundaria, con una marcada concentración en los sectores más empobrecidos.
“Estos datos son un llamado de atención urgente. La inasistencia escolar ligada al trabajo infantil no sólo vulnera el derecho fundamental a la educación, sino que también perpetúa ciclos de pobreza y limita las oportunidades futuras de miles de niños y adolescentes”, alertó Martello.
Pobreza y trabajo precoz
El informe del Observatorio se basa en información relevada por el INDEC y en el Plan Operativo Provincial 2024-2028 para la prevención del trabajo infantil. En conjunto, los datos exponen una preocupante correlación entre la profundización de la crisis económica y el aumento de situaciones que empujan a niños y adolescentes a asumir responsabilidades propias de adultos.
“Es fundamental que se refuercen los programas de apoyo a las familias en situación de vulnerabilidad, que se garantice el acceso a espacios de cuidado adecuados y se impulse la concientización sobre los graves perjuicios que el trabajo infantil ocasiona en el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes”, insistió Martello.
Desde la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la directora regional Sara Luna Camacho advirtió que “las crisis, especialmente las de tipo económico, son terreno fértil para el avance del trabajo infantil. Cuando las redes de protección se debilitan, los más chicos son los primeros en pagar el costo”.
Luna Camacho subrayó la importancia de que el Estado actúe con urgencia: “Erradicar el trabajo infantil no es una opción, es una obligación. Requiere voluntad política sostenida, inversión en protección social y, sobre todo, una firme convicción de que ningún niño debe trabajar para poder vivir”.
Retrocesos y desafíos
En las últimas décadas, Argentina logró avances importantes en la reducción del trabajo infantil, con la ampliación de la escolarización, el fortalecimiento del marco legal y la implementación de políticas sociales como la Asignación Universal por Hijo. Sin embargo, los últimos años marcaron un retroceso.
La Encuesta Nacional de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (EANNA) ya había registrado en 2017 que 1 de cada 10 niños de entre 5 y 15 años trabajaba, y estudios más recientes señalan un repunte de esa tendencia.
El desafío actual, señalan tanto actores estatales como internacionales, es no retroceder en lo que costó décadas construir. Y eso implica, en palabras del propio Martello, “poner en el centro de la agenda pública el derecho de la infancia a ser protegida, cuidada y educada”.
Las crisis, especialmente las de ti- “ po económico, son terreno fértil para el avance del trabajo infantil. Cuando las redes de protección se debilitan, los más chicos son los primeros en pagar el costo”. Sara Luna Camacho Directora de la OIT
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