La historia oculta de Furfaro y la casa de Maradona de USD 900 mil

El empresario farmacéutico, preso en Ezeiza, irrumpió en escena años atrás al gastar una fortuna por el chalet de Diego. Se define su futuro

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El nombre de Ariel García Furfaro hoy resuena en los tribunales federales y en la cárcel de Ezeiza, donde permanece detenido por la tragedia del fentanilo contaminado que dejó en principio un saldo de 96 pacientes fallecidos. Sin embargo, hasta hace poco más de dos años, su figura había irrumpido en los medios por un motivo muy distinto: la compra de una de las propiedades más emblemáticas del ídolo máximo del fútbol argentino, Diego Armando Maradona.

En 2022, García Furfaro adquirió por 900 mil dólares el histórico chalet de Villa Devoto donde Diego vivió con sus padres, “Doña Tota” y “Chitoro”, en los primeros años de su explosión profesional tras el pase a Boca. La mansión, ubicada sobre la calle José Luis Cantilo al 4500, había sido ofrecida en subasta sin éxito, hasta que el empresario apareció como comprador, en una operación rodeada de cierto misterio.

Al principio, su nombre se mantuvo bajo reserva. Se presentaba simplemente como “Ariel García” y decía actuar movido por el deseo de preservar el legado de Maradona frente al interés de desarrolladoras inmobiliarias que buscaban demoler la casona. Los vecinos lo recordaron como un empresario que, además de haber invertido una suma millonaria, aseguraba que su intención era que los fanáticos pudieran conocer la casa donde el “Diez” escribió parte de su historia familiar.

La exposición mediática llegó en pleno Mundial de Qatar. Desde la segunda fecha del torneo, García Furfaro decidió abrir las puertas del chalet para ver los partidos con vecinos. El punto de mayor visibilidad se dio el 18 de diciembre de 2022, día de la final entre Argentina y Francia, cuando periodistas y fotógrafos lo retrataron en la casa de Diego. Aun a regañadientes, aceptó dar entrevistas, una de ellas con la TV Pública, en la que aseguró: “Desde que se abrió esta casa en el segundo partido no paramos de ganar y sabíamos que íbamos a ser campeones”.

El contraste con su situación actual no podría ser mayor. Hoy, el mismo hombre que desembolsó casi un millón de dólares para quedarse con una pieza icónica de la vida de Maradona, está detenido en Ezeiza y enfrenta cargos en la investigación por el lote de fentanilo contaminado producido en su laboratorio HLB Pharma. Tal como viene informando EL DIA, a más de tres meses del inicio de la causa, la Justicia Federal logró reconstruir la cadena de negligencias que derivaron en la tragedia. Entre los 17 imputados, García Furfaro, es el principal señalado por las falencias en los procesos de producción y control del opioide. El último viernes declaró durante casi seis horas ante el juez Kreplak, donde negó cualquier responsabilidad, planteó la teoría de “una mano negra” o a una especie de conspiración para perjudicarlo.

En este sentido el derrotero de García Furfaro traza una línea llamativa: de las portadas por haber comprado la casa donde Diego saludó a los vecinos tras la gloria de México ‘86, a las crónicas judiciales por una tragedia sanitaria sin precedentes. En el medio, una fortuna de 900 mil dólares invertidos en la propiedad que hoy contrasta con la celda donde espera definiciones sobre su futuro.

MÁS INDAGATORIAS EN LA PLATA

A la espera de definiciones judiciales sobre los nueve arrestados, el juez federal Ernesto Kreplak continua con las indagatorias en 8 y 50 contra los otros imputados de la causa. Durante esta jornada será el turno de Wilson Pons, ingeniero químico y jefe de Control de Calidad de Laboratorio Ramallo.

En tanto ayer familiares de las víctimas fatales del fentanilo volvieron a pedir justicia, esta vez en el Congreso de la Nación.

 

fentanilo adulterado
Ariel García Furfaro

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