Dónde comprar una cámara digital, cuánto valen y qué tener en cuenta

Cómo buscar los aparatos de moda, qué modelos son los más codiciados y qué detalles revisar antes de comprar tu próxima digital

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Una noche en una fiesta, un grupo de chicos posa para una foto. Alguien grita “¡miren al pajarito!”, pero en lugar de un iPhone, lo que asoma es una pequeña cámara plateada con un lente que sobre sale del aparato, denotando el uso de zoom.

En lugar de un carrete o una selfie frontal, hay flash duro, ojos rojos y espontaneidad.

Es 2025, pero parece 2006. Las cámaras digitales volvieron, y no solo como objeto de nostalgia: son parte de una estética nueva que combina imperfección, lo analógico, lo íntimo y lo offline.

Ahora bien, ¿dónde se consiguen estas cámaras? ¿Cuánto hay que gastar? ¿Vale la pena invertir en una compacta vieja en vez de usar el celular? Acá, una pequeña guía para subirse a la nueva moda vintage con criterio.

¿Dónde buscarlas?

El primer lugar que recomiendan quienes ya están en la movida es Mercado Libre: hay desde modelos básicos por \$15.000 hasta cámaras semiprofesionales por \$80.000 o más.

Pero el secreto, dicen, está en los mercados alternativos: ferias americanas, grupos de Facebook como “Cámaras Digitales Vintage Argentina” o incluso en las casas de familiares que alguna vez viajaron al exterior.

También vale la pena revisar aplicaciones de venta como OLX, Marketplace de Facebook o Tiendanube, donde algunas marcas o coleccionistas ofrecen productos restaurados.

En algunos locales de fotografía antiguos —aunque cada vez quedan menos— puede encontrarse alguna joya olvidada por un precio más que razonable

¿Qué modelos se buscan?

Aunque casi todas las cámaras compactas de entre 2003 y 2010 sirven para lograr el efecto deseado, hay algunas que se volvieron fetiche. Entre las más populares están: la Canon PowerShot A540 y A95, la Sony Cyber-shot DSC-W55, la Nikon Coolpix L11 o S200, la Kodak EasyShare C613, o Fujifilm FinePix Z35. Todos aparatos que en su época fueron las más codiciadas. Hoy, vuelven a estar entre las más demandadas.

¿Una moda pasajera?

Quizás sí. Como pasó con las Polaroid o los vinilos, puede tratarse de un ciclo estético.

Pero mientras dure, para muchos jóvenes estas cámaras representan algo más que un filtro: son una forma de escaparle a la perfección de los celulares y al dominio del algoritmo. Sacar fotos sin pensar en likes. Capturar el instante sin editar. Volver, un poco, a lo simple.

Y si eso viene con una cámara pixelada y un poco de flash en la cara, mejor.

¿Qué tener en cuenta antes de comprar?

El estado físico, el tipo de batería o la tarjeta de memoria son algunas de las cosas que hay que tener en cuenta a la hora de adquirir estos dispositivos electrónicos. Asimismo, también hay que prestar atención al software, es decir si es compatible con la computadora y, especialmente, el precio: pagar más de $80.000 por una compacta vieja suele ser exagerado, salvo que esté impecable o sea un modelo muy puntual.

 

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