Dabate en el PRO por la alianza porteña con LLA
Edición Impresa | 5 de Agosto de 2025 | 02:20

Las principales autoridades del PRO se reunieron ayer durante dos horas en la sede partidaria de la calle de Balcarce, CABA, y debatieron acerca de dos cuestiones centrales que cruzan la relación con La Libertad Avanza, su socio en la aventura electoral en la provincia de Buenos Aires pero con el que mantiene un conflicto abierto por el cierre de listas en la Ciudad de cara a las elecciones del 26 de octubre.
Por un lado, se habló sobre qué pasará con la estrategia a nivel porteño. Por otro, también hubo referencias a qué postura tiene que mantener el partido respecto a los vetos que firmó Javier Milei al paquete de cambios jubilatorios y a la emergencia en discapacidad. En principio, el PRO sostendrá en el Congreso esos vetos, es decir que acompañará al Gobierno, pero en el medio Macri quiere negociar una mejor posición en lo referido a la alianza electoral y a la gestión.
El jueves vence el plazo fijado para la inscripción de las alianzas para octubre. Las negociaciones entre ambos partidos siguen trabadas, pero no rotas. El principal foco de diferencias tiene que ver con qué lugares le ofrecen al macrismo los libertarios, que buscarían replicar el acuerdo en Provincia: 75% a 25% a su favor en la relación de fuerzas.
El PRO quiere dos lugares entre los primeros seis candidatos a diputados nacionales (la CABA renueva 12), lo que le garantizaría esas bancas en el próximo Congreso en un escenario de triunfo. La Libertad Avanza hoy le ofrece que el segundo candidato del PRO en la eventual nómina conjunta recién vaya del sexto lugar para abajo. Los macristas, incluso, estarían dispuestos a no llevar candidatos a senadores para que los dos nombres principales -en una elección de tres- los ponga Milei. Patricia Bullrich, ex PRO, hoy fanatizada con el violeta, sería el crédito de la Rosada.
Con otras fuerzas
Dentro del macrismo, los que se oponen a un acuerdo con LLA argumentan que esas dos bancas para Diputados las podrían lograr si compiten por su cuenta o en alianza con otros espacios. Como el radicalismo -o parte de él- y la Coalición Cívica, por ejemplo. Necesitarían alcanzar unos 12 puntos en el comicio porteño.
En la reunión de ayer, mezcla presencial y virtual, confluyeron unos 30 dirigentes del PRO. En la cabecera se sentaron Mauricio Macri, Jorge Macri, Cristian Ritondo, Soledad Martínez y Facundo Pérez Carletti, los cinco en su rol de autoridades del partido a nivel nacional, bonaerense o porteño. Además estuvieron, entre otras figuras importantes, María Eugenia Vidal, Guillermo Montenegro, Rogelio Frigerio, Ignacio Torres y Silvia Lospennato. Y hubo referentes de casi todas las provincias donde el PRO negocia armados con La Libertad Avanza u otros bloques.
En medio de la reunión, Mauricio Macri planteó que en el reclamo por las dos bancas también hay que marcar la buena voluntad del PRO para sostener los vetos presidenciales. En ese punto existe una cierta coincidencia con matices con su primo Jorge Macri, quien tiene el diálogo completamente cortado con el Gobierno. El alcalde cree que buscan desestabilizarlo porque le hacen una férrea oposición en la Legislatura local y por eso rechaza aprobar los vetos de Milei sin medir los costos o sacar alguna ganancia.
Dicen que hubo momentos de tensión en la charla. Al punto que el jefe de Gobierno se disgustó y se fue un rato de la reunión, después de que Ritondo le dijera que no estaban en condiciones de “extorsionar” a los libertarios. Vidal es otra que se resiste a negociar con el mileísmo en las condiciones actuales. Ella quiere renovar su banca en octubre y es una de las dirigentes que alimenta la chance de revivir una estructura similar a lo que fue Juntos por el Cambio, pero ahora a nivel porteño.
Cuando entraba a la reunión, Mauricio fue abordado por la prensa. No ocultó que hay diferencias con LLA. “Está fuera de discusión que ellos (por los libertarios) quieren tomar una posición totalmente dominante“, sostuvo. Y agregó: “La prioridad del PRO desde hace casi dos años ha sido ayudarlos a generar gobernabilidad; lamentablemente no fue el nivel de gobernabilidad que necesitaba el país, por eso tenemos este nivel de riesgo país”.
“Tenemos que encontrar un lugar de comodidad para ambas partes”, planteó Macri, con cierta resignación. Y luego se despachó con un, digamos, palito más hacia la gestión. “Me preocupa que el país no pueda volver a crecer al nivel que queremos todos los argentinos”, dijo.
Las conversaciones vienen trabadas desde hace días, por que LLA pretende un escenario de sumisión, que incluya correr a Jorge Macri -a quien enfrentaron en mayo pasado por los comicios locales y lo vencieron, condenandolo a un tercer lugar en su propio distrito- de la negociación.
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