Revuelo en el Grand Bell: quién es el empresario inmobiliario acusado de amenazar a un adolescente

Según los primeros testimonios, un comerciante lo corrió con una 4x4 y le mostró una 9 milímetros, porque estaba tirando pirotecnica con amigos. El menor, de 15 años, es hijo del secretario de un juzgado federal

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“Pueblo chico, infierno grande”, reza el dicho popular y bien puede aplicarse en este caso a lo vivido en las últimas horas dentro de una conocida urbanización privada de City Bell. Estamos hablando del country Grand Bell, sobre la calle 467 al 5.000 entre 141 y 148, donde un juego adolescente casi termina mal.

De acuerdo a los primeros testimonios, por el hecho imputaron a un comerciante de 27 años, vinculado al mundo inmobiliario, a quien acusan de mostrarle un arma de fuego a un menor de edad, al que además habría amenazado de muerte, después de correrlo con una 4x4 por el interior del barrio y agarrarlo del cuello.

Se trata de Tomás Fredriks, quien ahora quedó imputado por los delitos de “amenazas y lesiones leves”, en una causa que investiga la fiscal en turno Virginia Bravo, con conocimiento de la jueza de garantías Marcela Garmendia.

Según los voceros consultados por este diario, la reacción de Fredriks se debió a que supuestamente el joven, junto a un grupo de amigos, estaba tirando pirotecnia pasada la una de la madrugada. También se habló de una fiesta, aunque la primera versión sería la más firme.

La escena fue advertida por empleados de seguridad del country, que observaron el paso de una Amarok gris a toda prisa, cuando, como se sabe, existe un tope de velocidad de circulación, bajo apercibimiento de sanción económica.

Sin embargo, de acuerdo a lo vivenciado en el lugar, a Fredriks nada de eso le habría importado. Solo quería agarrar al menor, objetivo que cumplió. Y, en base a las declaraciones vertidas en el expediente judicial, la forma habría sido muy violenta.

Al parecer, fuera de sí, lo tomó de la garganta y se indicó que al adolescente le quedó la remera manchada, aunque no se precisó si se trataba de marcas de sangre, por ejemplo, producto de algún posible golpe.

Uno de los vigiladores indicó que Fredriks le espetó: “Dónde están los que estaban tirando cohetes. Te voy a matar a vos y a todos”, tras lo cual le mostró un arma de fuego.

Demás está decir que el menor quedó en shock y enseguida fue a contarle lo ocurrido a su padre, que es secretario de un Juzgado Federal en Quilmes. El funcionario fue quien, alrededor de las 4 de la mañana, se apersonó en la comisaría jurisdiccional, la de Melchor Romero, para instar la acción penal.

En el country el incidente fue muy comentado y algunos vecinos, por lo bajo, sin querer revelar sus identidades para preservar la convivencia, indicaron a EL DIA que durante las noches es común que se produzcan algunos eventos como el que desencadenó este escándalo.

“Hay chicos que son muy bravos y que no los pueden controlar. Incluso no solo se mueven en los espacios comunes o al aire libre, sino que a veces avanzan sobre las viviendas particulares. Es como que no les importa nada y traspasan cualquier límite”, expresaron sin dar otros detalles.

Se especula que lo sucedido quedó registrado en varias cámaras del predio y también en las domiciliarias, por lo que ese material ya está siendo relevado para ser acercado a la fiscalía de la doctora Bravo.

Para el joven además se requirió un reconocimiento médico legal y los informantes aclararon que Fredriks, más allá de la imputación y la notificación de los artículos 1 y 60 del Código de Procedimiento Penal de la Provincia de Buenos Aires, continúa en libertad.

 

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