La política metió la cola y frenó el rally que se insinuaba

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Luis Varela

eleconomista.com.ar

La goleada que recibió el Gobierno en Diputados con los legisladores votando al borde de los dos tercios a favor de las iniciativas opositoras terminó afectando al mercado argentino, al punto que se cortó el rally que venían mostrando los títulos locales, que habían acumulado subas de hasta 20% desde que el equipo económico fue corrigiendo errores y consiguió el aval del FMI.

Pero los números de ayer lo dicen todo: arrancó agosto y mientras muchos pequeños ahorristas ya tienen el sueldo en la mano, el dólar blue tuvo un leve rebote, aunque los dólares oficiales y financieros siguieron bajando. Pero, en el trimestre seco de dólares, el Banco Central sigue perdiendo reservas. Y las acciones, los ADR y los bonos volvieron a apuntar a la baja, con un riesgo país que se mantiene en las alturas.

Las señales de la macro

Desde lo estrictamente económico hubo algunas señales a tener en cuenta. Por ejemplo, el Indec informó que en junio la industria bajó 1,2% mensual y la construcción recuperó 1%, con esos dos sectores mostrando un gran crecimiento interanual del 9,3 y 13,9% respectivamente. Incluso la Universidad Di Tella dio sus números de pobreza, marcando que el primer semestre terminó con una tasa de 31,6%, casi 20 puntos menos que el pico que alcanzó durante el kirchnerismo.

Pero al mismo tiempo, luego la fuerte suba que tuvo el dólar entre junio y principios de agosto, se conoció el primer gran indicador de la inflación, con la estadística de CABA, que siempre es un anticipo de lo que puede dar el IPC nacional del Indec. Y en un lugar con dominio preponderante de los servicios, tuvo 2,5% de inflación en julio (contra 2,1% del dato anterior) y acumula 18,1% en lo que va de 2025 y 40,9% en los últimos doce meses.

Así, a exactamente un mes de las elecciones en la Provincia de Buenos Aires, al realizarse una ronda de consultas entre analistas y operadores empieza a tenerse la sensación de que la sociedad está empezando a sentir el desgaste de tanto ajuste sin que el alivio se muestre a la vista. Eso hace que la evolución de todos los números esté más atada a la política y no tanto a la economía, y esa es una situación que el gobierno de Milei no esperaba.

Es frecuente, además, que marchas masivas, de movimientos sociales intentando entrar por el Puente Pueyrredón, o de gente que hizo una movilización interminable desde San Cayetano hasta Plaza de Mayo, o incluso las bataholas de los miércoles, se vayan sumando como brazo del kirchnerismo para que esa fuerza política siga manteniendo sillas en el Congreso, lo cual complicará notablemente la segunda parte de este mandato de Javier Milei.

Analistas moderados destacan el cinismo de la oposición al Gobierno, que en este momento enarbola en el Congreso todo lo que no hizo cuando estuvo en el poder. Se usan todos los árboles que fueron dejados caídos en el anterior mandato, para obligar a LLA a tener que levantarlos con gran velocidad, y con brotes verdes inmediatos y se corre el riesgo de que las urgencias que tiene la gente vuelvan a volcar los votos hacia el otro lado de la campana.

La guerra comercial continúa y señales locales

Además de todos los ruidos que suenan en Argentina, en el mundo también hay estruendo porque los aranceles ya aplicados por Trump están empezando a dar muestras de que la guerra comercial sigue viva.

En el mercado cambiario local hubo dos señales. Con el dólar oficial a $1.340,73, el BCRA no intervino en el mercado de cambios, pero al final del día la autoridad monetaria volvió a perder reservas: se fueron US$ 400 millones (la oferta y demanda de dólares sigue descompensada, a pesar de que el campo liquida un poco más después de la baja de retenciones). Con eso en el medio, el dólar oficial bajó $5,79 hasta $1.340,73, pero el blue subió $5 hasta $1.325.

En títulos públicos la selectividad es absoluta. Con pocos negocios, los bonos argentinos bajaron 0,4%, con el riesgo país sostenido en 735 puntos básicos. Y casi todos los analistas están recomendando posicionarse en bonos duales con vencimiento a fines de enero próximo, en el papel denominado TTD26, que pagará lo mejor de CER o tasa Tamar, que ayer tuvo además una muy leve disminución (achicó de 52% a 50,7% anual), con los plazos fijos chicos cobrando una tasa promedio del 34%.

En papeles privados, los inversores mundiales están intranquilos y hubo esta vez cierre mixto en la Bolsa de Nueva York. Nuevamente, casi como un clásico desde el 9 de enero a esta parte, la Bolsa de Buenos Aires fue otra vez la peor de todas. Con $120.555 millones operados en acciones y $106.848 millones en Cedears, el índice Merval bajó 2,8%. Mientras que los ADR argentinos que se transan en Nueva York anotaron una baja en bloque del 1% al 7% para Edenor, Pampa E, Cresud, Galicia, Supervielle, Macro, YPF, TGS, Bioceres, BBVA y Loma Negra.

Todo este componente se dio con commodities reacomodándose. El petróleo bajó 0,3%, con caras cada vez más preocupadas en Vaca Muerta. Los metales preciosos fueron otra vez para arriba. Los metales básicos se mostraron débiles. En Chicago todos los granos mostraron precios sólidos, en tanto que en Rosario sobresalieron las cotizaciones a la baja. Y

En suma, el Gobierno acaba de tomar nota de la situación que se le está presentando. El mismísimo jefe de Gabinete Guillermo Francos dijo “perdimos todas” al referirse a lo que se votó en Diputados, donde incluso se reactivó la comisión $Libra.

Y a tal punto llegó la preocupación que, de manera inusual, hubo reunión de ministros en Casa Rosada por la tarde, con Milei y sus principales figuras, de LLA y del PRO, todos vestidos de violeta, haciendo campaña en La Matanza, con el clásico logo de “nunca más” que se usó siempre en referencia a los desaparecidos.

Milei, además, después de varias advertencias de propios y extraños, dijo que va a dejar de insultar, ya que quizás empezó a entender que con esas formas tan agresivas le empiezan a entrar las balas. El riesgo para los inversores es que eso se traduzca en cotizaciones más flojas en el corto plazo, pero el riesgo mayor es que el kirchnerismo haga una buena elección el 7 de setiembre, cuando todo el mundo sabe que se juntaron con alambre, y que si recibe votos es más por enojo con el Gobierno que por elegir una propuesta que entregue soluciones.

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