Árbol cumple 30 años: “No pensábamos que íbamos a poder llegar tan lejos”

La banda de Haedo celebra su aniversario con una gira que los traerá el domingo a la Ciudad, donde repasarán toda su discografía

Edición Impresa

Cómo pasa el tiempo: usted por ahí recuerda todavía cuando se escuchaba por la radio “Trenes camiones y tractores”, o “Pequeños sueños”, cuando las canciones de Árbol fueron, durante un pasaje a principios de siglo, parte del telón de fondo de la vida cotidiana argentina. Bueno, esa banda, la de esos éxitos, la de ese sonido que evoca un tiempo que, como todo tiempo pasado, parece mejor, celebra 30 años. Tres décadas.

Y lo está haciendo con una gira que los lleva por todo el país y los traerá a La Plata el domingo. “Es un lujo poder festejar asi estos 30, girando, tocando, con más de 20 shows, yendo a México. Pero primero, La Plata”, adelanta Pablo Romero, percusión, voz y guitarra de la banda de Haedo, en diálogo con EL DIA antes de su visita a nuestra ciudad, un lugar que, dice, “tiene esa cosa musical: La Plata es un es una orquesta de artistas y de músicos, tiene esa vida cultural. Los Redondos, El Mató… Si te respetan ahí, joya, ¿viste?”

La Plata es, de hecho, la tercera parada de la gira. Primero, claro, Haedo, el viernes; el sábado Temperley, y el domingo, en nuestra Ciudad. “Queríamos elegir nuestro lugar de permanencia para salir fuertes a la cancha”, dice Romero.

Árbol nació como casi todas las bandas jóvenes: un grupo de amigos y conocidos de Haedo se juntaron a tocar en 1994, y dos años después, ya consolidados, grabaron su primer disco. El éxito llegó lento, de a poco, se transmitió de boca en boca; y después vino de golpe, todo junto, con los discos “Chapusongs”, de 2002, y “Guau!”, de 2004.

“No pensábamos que íbamos a poder llegar tan lejos. Esa parte es muy loca, nosotros la tomamos con mucha gratitud, y por eso queremos hacer este festejo estos 30 años: para llevarlo a todos lados, y tocar también algunas canciones que no tocamos hace muchos, para los que nos siguen desde primera hora”.

 

“La Plata es una orquesta de artistas y de músicos, tiene esa vida cultural. Los Redondos, El Mató… Si te respetan ahí, joya, ¿viste?”

Pablo Romero,
percusión, voz y guitarra de Árbol

 

Por eso, adelanta, el setlist que sonará en la sala de 58 entre 10 y 11 recorrerá toda la discografía, incluyendo “canciones que hemos hecho muy poco, y ahora vuelven, canciones que no tocamos hace 15 años. En ese sentido, es como un descubrir para nosotros, algo realmente lindo, muy fresco, tocar de vuelta estos temas de hace tantos años”.

Aquel subidón de éxito, sin embargo, no hizo mella en la banda, que sobrevivió innumerables crisis del país y siguen cantando. ¿La clave? “Principalmente, hablar entre nosotros. Lo bueno y lo malo. Como en todas las relaciones y en todo grupo de trabajo, hay buenos momentos y malos momentos todo el tiempo”, dice Romero. “Y no importa el éxito, ¿eh? Eso es otra cosa. Lo importante es poder escucharse y poder hablar. Poder hablar entre nosotros. Hace muchos años que estamos en el mismo barco los cuatro. Hace muchos años. Entonces, es muy gratificante también darse vuelta y tener a un compañero, un par, que fuiste eligiendo, también en tu vida. Como compañero de vida, también como compañero musical, porque a los cuatro musicalmente nos encanta hablar en nuestro lenguaje”.

Ese lenguaje, forjado a lo largo de 30 años, la sumatoria de las cosas que a los cuatro miembros de Árbol les gusta hacer, “hace a un estilo: lo digo humildemente, pero lo más difícil es encontrar un sello propio”.

Más difícil que surfear el éxito, dice Romero. De hecho, aquellos años de “Guau!” sonando en todos lados no los padecieron demasiado, confiesa: “Te soy honesto, nosotros éramos muy jóvenes y éramos una usina. Y nos gustaba trabajar con Gustavo Santaolalla, estar a un nivel que no habíamos imaginado para nosotros, somos pibe de una banda de Haedo, de barrio. Entonces, nos subimos a esa, a poder querer jugar en Primera, ni más ni menos que con Santaolalla, que ya sabemos quién es y todo lo que recorrió”.

“Haber trabajado tres discos con él”, sigue Romero, “que él te haya elegido dentro de su sello, Surco, donde estaba Molotov, donde estaba La Vela, donde estaba Juanes, un montón de bandas muy buenas de todo Latinoamérica también, fue muy loco para nosotros. Fue como un aprendizaje muy de golpe. Teníamos cuatro, cinco años como banda y aparecimos en los Ángeles, con Gustavo, grabamos un disco entero en Los Ángeles, y éramos chicos, tendríamos 22, 23, y estábamos en el estudio donde grababa Pink Floyd, Pearl Jam… Fue muy interesante esa parte”.

Árbol
30 años

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE