Qué cambió en el mundo tras el 11/S
Edición Impresa | 11 de Septiembre de 2025 | 04:52

Rubén Sarlo
El 12 de setiembre de este año habrán pasado ya 24 desde que fui convocado para un programa de TV especial en este Diario, con motivo del atentado terrorista a las Torres Gemelas de Nueva York y al edificio del Pentágono. Ante tal shock mundial presagiábamos que estábamos asistiendo al comienzo de la Tercera Guerra Mundial. Gracias a Dios no fue así. El factor sorpresa armado por atacantes entrenados y la utilización de un método no convencional para llevarlo a cabo, desconcertó. En poco tiempo se determinó de donde provenía y quien lo había planeado; nada menos que un tal Bin Laden. Los tremendos detalles ya son conocidos por todos, pero en este tiempo que ha pasado desde el hecho nos preguntamos si ese evento criminal del 11/9/2001 causó algún cambio en el mundo.
Por lo pronto, dio comienzo a una nueva concepción de la guerra por parte de los EE UU, que al poco tiempo invadieron Afganistán y luego Irak, con el objetivo de desmantelar al grupo “Al Qaeda” y otros extremistas que se adjudicaron semejante barbaridad. El nuevo concepto bélico consistió en atacar sin fronteras ni enemigos definidos claramente. Entonces acuñó la legislación de seguridad nacional que le permite al día de hoy invadir y atacar cualquier Nación que,según ellos, ponga en peligro a los norteamericanos y sus intereses (una prueba más de que las Naciones Unidas son un cartón pintado).
Se redefinieron alianzas globales ante la evidencia de que el conflicto pudiera aumentar, esto es, entre Occidente y Oriente, a la vez que el terrorismo dejó de ser un fenómeno local para amenazar potencialmente al mundo entero, pues se conformó el Estado Islámico, con tácticas brutales y mediáticas. Surgió abruptamente una “Islamofobia” y discriminación que puso en jaque a los musulmanes en el terreno occidental.
Un adelanto enorme como la internet, pasó abruptamente a considerarse como una herramienta de propaganda y reclutamiento. El concepto de seguridad imperante hasta aquellos días cambió abruptamente en el imaginario colectivo por el miedo a que todo pueda pasar en cualquier lugar y en cualquier momento. El impacto también fue migratorio, porque se modificaron los protocolos de seguridad para ingresar a los diferentes países, implementándose medidas estrictas de control.
A partir de esto la atención de los EE UU se concentró en la zona de Medio Oriente, para desgracia de Latinoamérica que quedó en un plano más lejano de relaciones, y ello generó que el gigante chino desplegara una política en estas tierras.
En nuestros días, si pensamos en posibilidades de ataques entre países estas podrían ser de tipo misilístico –como sucede en conflictos como Israel-Palestina o Rusia-Ucrania-, o cibernéticos. Efectivamente el ciberterrorismo puede en estos tiempos desactivar sistemas de seguridad de regiones enteras y a grandes distancias. Un software malicioso podría alterar gravemente sistemas eléctricos, financieros y de seguridad. En síntesis, aún con aquellas imágenes tremendas que se vieron por televisión en el planeta entero aquel fatídico día, el peligro de nuevos sucesos de esa magnitud permanece constante y la naturaleza humana no ofrece mayores garantías de que hayamos aprendido que el objetivo primordial sea la paz. La cotidiana realidad de nuestro mundo no permite que seamos optimistas.
Abogado (UNLP)
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