Cayó uno de los sospechosos del robo a los Gisande
Edición Impresa | 17 de Septiembre de 2025 | 03:08

Quince días después del golpe dado en 38 entre 120 y 121, en el que cuatro hombres irrumpieron en la vivienda de Néstor Gisande, de 91 años, y su esposa Irma Talesa, de 86, bajo la modalidad “hombre araña”, trepando un paredón a las 3.45 de la mañana para después someter a toda una serie de tormentos a las víctimas y terminar huyendo con una caja fuerte, la policía logró dar con un sospechoso que ya se encuentra detenido a disposición de la Justicia.
La detención, según pudo saber este diario, se concretó ayer en 80, entre 1 y 2. Tras varias semanas de tareas de campo y la orden judicial correspondiente, personal del Grupo Táctico irrumpió en una vivienda en la que se creía que estaba uno de los principales artífices del atraco cometido en la casa de los padres del ex presidente de Gimnasia. Se trata de un sujeto de 40 años, desocupado, quien fue sorprendido con prendas coincidentes a las utilizadas la noche del asalto.
El allanamiento permitió además secuestrar un arsenal inquietante: un revólver calibre 32 largo sin numeración, un pistolón calibre 45, cartuchos de diversos calibres, joyeros, herramientas, un hacha casera, dos amoladoras, ropa y guantes de látex. Entre los hallazgos más comprometedores, apareció un DNI perteneciente a la víctima Irma Talesa y un teléfono celular, evidencia que ató sin margen de duda al detenido con el hecho investigado.
En la misma vivienda estaba estacionada la Ford Ranger verde, la pieza que había servido como vehículo de apoyo y cuya huella visual había quedado registrada en las cámaras del barrio. Ese rastro material terminó de cerrar el círculo alrededor del sospechoso, cuya detención marcó un primer triunfo en la investigación de un hecho que conmocionó a la comunidad.
El hombre fue imputado por robo en vivienda, lesiones y amenazas, y quedó a disposición de la UFI N°11 del fiscal Álvaro Garganta. El objetivo ahora es poder dar con el resto de la banda.
La investigación sigue en marcha. Los pesquisas no descartan la participación de otros vehículos ni la existencia de información previa sobre la rutina de los Gisande.
La certeza que permanece es que la brutalidad dejó huellas imborrables y que, con la primera captura, la Justicia busca comenzar a desandar el camino del miedo que la banda trazó con su cruel y despiadado accionar delictivo.
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