El robo policial en una casa de La Plata todavía sigue impune: ¿por qué no hay detenidos?

Una vecina llamó al 911 por la presencia de ladrones y terminó siendo robada por los agentes que acudieron a su hogar, según denunció

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Pasaron casi siete meses y el desconcierto sigue intacto. La denuncia de una joven bioquímica de 24 años, que aseguró haber sido víctima de un robo en su propia casa a manos de quienes debían cuidarla, todavía no tiene detenidos ni responsables identificados. El caso, ocurrido en la noche del 25 de febrero en Gonnet, expone un costado tan insólito como preocupante: que un procedimiento policial termine señalado como la pantalla de un hecho delictivo.

Todo comenzó aquella noche cuando, tras escuchar la alarma del patio, la joven y sus padres llamaron al 911. Eran las 20.38 y el temor por la inseguridad en la zona los llevó a esperar con ansiedad la llegada de ayuda. Poco después, un grupo de efectivos -cinco hombres y una mujer- ingresó a la vivienda de 27 entre 488 y 489. Revisaron el fondo, el galpón y distintos ambientes para comprobar que no hubiera intrusos. Pero al retirarse, la familia notó lo inesperado: faltaban pertenencias de valor, entre ellas una computadora portátil, una cartera y un reloj.

“En pocas palabras, nos robó la Policía”, declaró entonces la joven en diálogo con este diario. Según su relato, mientras unos agentes inspeccionaban el jardín, otros permanecieron dentro de la casa. Y fue en ese lapso en el que desaparecieron los objetos. “Era más barato reponer lo que me robaban los ladrones que lo que me robó la Policía”, resumió con impotencia.

A lo insólito del episodio se sumó la odisea que atravesaron para radicar la denuncia. La familia pasó por varias comisarías hasta que finalmente fueron atendidos en la Décima de City Bell, casi seis horas después. En el camino, llegaron a escuchar de boca de un uniformado una frase escalofriante: “Yo estuve en su casa”.

La investigación recayó en la fiscalía de la UFI Nº 17 de La Plata, quien dispuso la intervención de la Policía Judicial de la Procuración y de la Auditoría de Asuntos Internos. La gravedad de la acusación -que involucra directamente a personal policial y hasta a móviles oficiales- obligó a un trabajo de peritajes en cámaras de seguridad y en el sistema de AVL, el GPS que registra los patrulleros.

Entre los detalles que llamaron la atención desde el comienzo está la presencia de un supuesto agente vestido con uniforme de la cintura para arriba, pero con pantalón corto, algo fuera de todo protocolo. También se cuestiona por qué acudió un grupo tan numeroso, cuando en la práctica, ante llamados por intrusos, suele llegar apenas un móvil con uno o dos efectivos. El expediente avanzó con declaraciones y medidas técnicas, pero lo cierto es que hasta ahora no se identificó formalmente a los responsables del presunto robo. Tampoco hay imputados ni detenciones, lo que acrecienta la sensación de impunidad.

La joven víctima lo expresó con claridad meses atrás: “No lo podíamos creer, porque los únicos ajenos que entraron a mi casa fueron los policías”. Mientras tanto, la familia espera respuestas.

 

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