Le faltaron luces afuera y adentro, pero la victoria ayudará a bajar la tensión

Las tres unidades le vienen bárbaro para serenarse un poco. No aprovechó bien la superioridad numérica y la hinchada se lo hizo saber

Edición Impresa

Por MARTIN MENDINUETA

@firmamendinueta

En un partido que la memoria del fútbol argentino guardará como insólito, Gimnasia facturó, no sin esfuerzo, tres puntos de enorme significación.

El hecho de haber jugado desde el minuto 27 del primer tiempo con superioridad numérica (por la expulsión del incorregible Leandro Díaz), sin aprovecharlo para ejercer el dominio de las acciones, lo expone a algunas críticas.

El gol en contra del defensor Martínez lo ayudó para encontrar el quiebre que su gente le estaba reclamando. Lejos de mostrarse seguro y convincente en el manejo de las distintas situaciones, fue víctima de su propio nerviosismo.

Jugando a media luz, como si se tratara de un partido de barrio en el campito, el equipo de Orfila terminó el lunes en una posición más cómoda en ambas tablas.

MERLO Y PANARO NO ESTUVIERON LÚCIDOS EN EL UNO CONTRA UNO

Gimnasia se mostró enérgico y decidido para atacar en los primeros diez minutos y en ese lapso entregó su mejor versión. Un cabezazo de Giampaoli por arriba del travesaño y el mano a mano de Torres con Mansilla, donde el “Chelo” picó el balón y pegó en el horizontal, fue lo único peligroso de un equipo que prometió mucho por las bandas, aunque no tuvo un desequilibrio provechoso en Merlo ni en Panaro.

El cambio de Merlini por Garayalde (estaba amonestado) fue una apuesta a la creación de mejores circuitos de pases, aunque se observó en pocos momentos.

 

Muy floja resultó la vuelta de Hurtado; no pesó en ninguna faceta. Perdió por arriba y por abajo

 

Gimnasia está lejos de ser el peor equipo del campeonato; y bastante más de los que se sienten con argumentos como para soñar en grande. Es poco probable que llegue a las últimas fechas conviviendo con un grado de angustia elevado, pero sus falencias se han vuelto notorias.

La creación de juego asociado en tres cuartos de cancha se resume como la principal carencia y, al mismo tiempo, representa el gran desafío para su entrenador.

El DT cambió a Hurtado y Jeremías Merlo por Piedrahita y Lomónaco, apostando por una renovación de piezas de ataque que lo acercaran al arco rival con mayor peligrosidad. El tema fue que minutos después, observando que le faltaba solidez y marca firme en el mediocampo, hizo ingresar a Max.

Podría haber probado con el Pata Castro, pero quien toma las decisiones no lo creyó conveniente y el Lobo siguió metido en un vértigo que no fue saludable.

La tendencia, teniendo en cuenta lo que se viene observando desde que comenzó el torneo, indica que ninguna prueba será sencilla para una formación a la cual le cuesta horrores conformar a sus hinchas.

Ahora, con varios equipos debajo de su ubicación, debiera seguir buscando su mejor versión. La calidad de los jugadores que componen su numeroso plantel es un indicador a tener en cuenta y eso limita el margen de crecimiento y evolución al que pueden aspirar quienes lo conducen.

Cada fecha será una historia diferente. Recuperando lesionados, probando alternativas, apoyándose en los que mejor estén rindiendo y teniendo siempre claro que deberá entregar lo máximo en la prestación física, transitará la competencia con la ambición de convertirse en un mejor equipo.

Gimnasia

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE