Día de la Sanidad: entre el homenaje y los desafíos

Cada 21 de septiembre se conmemora esta fecha y se recuerda la fundación de la obra social del sector, en 1941

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El Día de la Sanidad se instituyó en 1941, cuando se creó la Obra Social de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA), uno de los hitos gremiales y sociales más importantes de la época. La consolidación de una obra social para los trabajadores del área marcó un antes y un después en la organización de un sector que históricamente cumplió un rol vital pero que muchas veces permaneció invisibilizado.

La fecha fue elegida para rendir homenaje a esa conquista y, con el tiempo, adquirió un carácter simbólico que excede lo gremial: es el día en que todo el país reconoce a quienes sostienen la salud pública y privada en cada rincón de la Argentina.

El pulso de la salud

La sanidad abarca a una gran diversidad de actores: médicos, enfermeros, camilleros, técnicos de laboratorio, kinesiólogos, bioquímicos, administrativos, personal de limpieza, choferes de ambulancia y tantos otros. Se estima que más de un millón de personas en el país desarrollan tareas vinculadas al sistema de salud, lo que lo convierte en uno de los sectores de empleo más relevantes y estratégicos.

Durante la pandemia de COVID-19, la sociedad entera dimensionó con crudeza lo que significa el trabajo en la primera línea. Horas interminables, guardias extenuantes, exposición al contagio y, al mismo tiempo, la responsabilidad de brindar contención a pacientes y familiares en los momentos más difíciles.

Una celebración y reclamos

El 21 de septiembre también suele ser escenario de actos, movilizaciones y reclamos. Desde las organizaciones gremiales recuerdan que la sanidad es un sector en permanente tensión: salarios que muchas veces no reflejan la magnitud de la tarea, déficit de recursos en hospitales públicos, desigualdades entre provincias y la necesidad de incorporar más personal especializado en áreas críticas como terapia intensiva y enfermería.

La consigna que se repite: no hay sistema de salud posible sin trabajadores de la salud reconocidos y cuidados.

El futuro de la sanidad argentina está atravesado por grandes desafíos que se desarrollan en el presente: mejorar la integración entre el sector público y privado, reducir las brechas territoriales, garantizar la formación y retención de profesionales y técnicos, y asegurar condiciones laborales que eviten la migración de talentos.

 

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