La trastienda del salvataje de EEUU y la jugada de la soja, las vías de reoxigenación para el "round" de octubre

El Gobierno se encontraba en una situación límite. Cinco días de pánico en los mercados tras el resultado electoral en la Provincia habían dejado al oficialismo exhausto, consciente de que, de continuar así, la gestión no alcanzaría a estabilizarse antes de la elección de octubre. Sin embargo, un giro inesperado durante el fin de semana, impulsado por el entorno de Donald Trump, inyectó un nuevo factor de estabilidad. Les dieron una oportunidad de reordenar el panorama.

La gestión se movió en las primeras líneas. El viernes, el ministro Caputo solicitó apoyo a Scott Bessent, jefe del Tesoro estadounidense. Paralelamente, el asesor Santiago Caputo operaba en el Departamento de Estado a través de su círculo de amigos alineados con Trump, encabezados por Leonardo Scatturice. 

La clave fue que esta vez, la respuesta desde Washington fue diferente. En lugar de ser dirigidos al Fondo Monetario Internacional (FMI) bajo procedimientos estándar –la misma respuesta que recibió De la Rúa en su momento–, se les indicó que existía un camino distinto para los aliados políticos.

Estos contactos, que incluyen a figuras como Matt Schlapp (CEO de CPAC) y el financista Robert Citrone, se habían reunido previamente con Milei y Santiago Caputo en Casa Rosada. La negociación no fue sencilla: el ala política de Trump fue más receptiva que la económica (Bessent y Michael Kaplan), quienes finalmente cedieron. 

El domingo, un incidente casi hace fracasar todo: se filtró la cifra de 30 mil millones de dólares solicitados, provocando enojo en los funcionarios norteamericanos por la mención de números concretos. Se apuntó al canciller argentino Werthein, quien no participó de las charlas, pero sí facilitó el encuentro clave entre Milei y Trump en Naciones Unidas.

El lunes, con los mercados aún cerrados, Bessent anunció públicamente el respaldo. Explicó la lógica geopolítica: el éxito de Milei era de "importancia sistemática" para Estados Unidos. Aunque la ayuda aún no tiene un formato definitivo, Bessent mencionó en redes sociales opciones como líneas de swap, compras directas de divisas o adquisición de deuda gubernamental.

Este apoyo viene con entendimientos no escritos. Ante un Congreso fuera de control y la amenaza de que Milei pierda herramientas de gobernabilidad, se le pide que impulse un acuerdo político amplio para garantizar la aprobación de las reformas económicas.  Además, se le sugiere modificar la composición de su gabinete y distanciarse de colaboradores que generen controversia. 

El dilema es si se le está pidiendo a Milei que adopte una actitud que es contraria a su estilo político.

La jugada de la soja

Simultáneamente, el Gobierno ejecutó una medida local para obtener liquidez inmediata: la eliminación temporaria de retenciones al agro, apuntando a los sojadólares como fuente más consistente de divisas. Una meta ambiciosa: conseguir 7.000 millones de dólares. 

La estrategia funcionó rápidamente, consiguiendo los fondos en tres días, pero desató una intensa pelea. El reclamo del campo fue doble: los productores que vendieron primero obtuvieron mejores precios, pero la sobreoferta cerró la ventana rápidamente, dejando a muchos afuera. Además, se denunció que los exportadores no trasladaron la totalidad del beneficio de la retención cero a los productores y declararon ventas incluso de mercadería de la campaña 2025/26.

Mientras el Gobierno conseguía reoxigenarse, el sector peronista quedó desorientado. La euforia por la victoria bonaerense se disipó ante el apoyo explícito de Estados Unidos. La dirigencia se encuentra sin un discurso articulado, recurriendo a viejas consignas contra el "cipayaje", algunas de hace 80 años, sin poder reconocer el pragmatismo de las "relaciones carnales" del pasado menemista. Figuras como Alberto Fernández y Cristina Kirchner salieron a criticar, algo que, al final, parece beneficiar al oficialismo al polarizar la discusión. 

Tras el aire conseguido en EEUU, ahora el gobierno busca manejar los ánimos de los distintos sectores de la economía frente a la situación con el dólar, e intentar llegar mejor parado a la contienda electoral octubre. La oposición, por su parte, con un oficialismo que recuperó el aire y se puso de pie para volver al ring, deberá articular una estrategia y un discurso para consolidar el golpe que supo aplicar en las urnas en septiembre.

Milei
Caputo

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