Docentes reclaman instancias de formación de Inteligencia Artificial
Edición Impresa | 30 de Septiembre de 2025 | 01:48

La irrupción de la inteligencia artificial (IA) en las aulas argentinas encontró a las escuelas sin un marco claro para encauzarla. Mientras los estudiantes ya experimentan con estas herramientas y modifican la dinámica del aprendizaje, los docentes piden capacitación urgente y las instituciones reconocen que todavía no tienen protocolos definidos.
Un informe de la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada de Argentina (AIEPA), basado en encuestas y evaluaciones en 148 colegios de Buenos Aires y el resto del país, ofrece un panorama preciso: la IA llegó para quedarse, pero avanza más rápido que la capacidad de las instituciones para ordenarla.
“Estamos en una etapa inicial, en la que la innovación corre más rápido que la regulación interna. Docentes y alumnos ya interactúan con estas tecnologías, pero sin un marco común que brinde certezas. Nuestro rol es trabajar para que las escuelas definan pautas claras y seguras”, señaló Martín Zurita, secretario ejecutivo de AIEPA.
El relevamiento muestra que solo dos de cada diez instituciones cuentan con protocolos sobre el uso de IA por parte de los alumnos. La mayoría admitió que está “trabajando en eso” o ni siquiera comenzó a discutirlo. La falta de reglas contrasta con la práctica cotidiana: más de la mitad de los directivos y docentes perciben que los estudiantes utilizan IA de manera frecuente para sus tareas, y otro 24% asegura que lo hacen al menos de forma ocasional.
La mirada de los educadores es ambivalente. Un 65% describió la posición general del cuerpo docente como “mixta”, es decir, una combinación de interés y dudas. Apenas un 7,5% habló de una valoración mayoritariamente positiva, mientras que un 10% expresó una postura negativa.
El punto más sensible es la capacitación. El 77,5% de los encuestados reclamó instancias obligatorias de formación en IA aplicada a la educación, y otro 20% pidió capacitaciones optativas. Solo un 2,5% consideró que los recursos actuales alcanzan. La mayoría de los docentes —seis de cada diez— nunca recibió formación específica, aunque manifestó interés en hacerlo. Entre quienes sí accedieron, predominaron los cursos externos, como talleres o webinars, por encima de las iniciativas impulsadas por las propias instituciones.
En cuanto al uso en la práctica docente, un 68% ya recurre a herramientas de IA, aunque la mayoría en forma exploratoria o ocasional. Apenas un 19% lo hace de manera habitual, y un 11% directamente no mostró interés. La diferencia de roles también se notó: los directivos reconocieron un uso más frecuente de la IA tanto en su propia gestión como en los estudiantes, mientras que los docentes aparecen más reticentes a incorporarla con regularidad y a establecer protocolos.
La conclusión de AIEPA es contundente: la IA ya ingresó a las aulas, pero sin un marco que acompañe su expansión. “El desafío es que su adopción sea ordenada, segura y formativa. No puede quedar librada al azar ni al uso individual, porque su impacto trasciende lo pedagógico e involucra cuestiones éticas y sociales. La formación docente es el primer paso para transformar la incertidumbre en una oportunidad”, remarcó Zurita.
El informe deja un mensaje claro: sin protocolos definidos y con una fuerte demanda de capacitación, la inteligencia artificial se convirtió en un factor disruptivo que obliga a repensar la enseñanza. La pregunta ya no es si se usará, sino cómo y bajo qué reglas.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE