Elecciones, dólar intervenido y freno en la economía: ¿qué se viene ahora?
Edición Impresa | 7 de Septiembre de 2025 | 03:19

Esteban Pérez Fernández
eperezfernandez@eldia.com
La economía entró en un terreno de alta tensión que combina un dólar estabilizado con tasas de interés muy elevadas, consumo débil y un panorama político que introduce más incertidumbre que certezas. Así lo advierte un informe reciente de la consultora Qualy, que analiza el desempeño de julio y las perspectivas para los meses venideros, previos a las elecciones nacionales de octubre.
“El Tesoro interviene en el mercado cambiario porque quiere llegar a la elección con el precio controlado. El problema no sólo es no haber acumulado reservas para afrontar la elección con mayor espalda –con un segundo semestre de menor oferta de dólares del sector agroindustrial– sino que la economía más allá de la elección tendrá turbulencias, con tasas de interés altas, que tiran para abajo aún más la actividad y el crédito, que era la ficha puesta a la recuperación”, explicó a EL DIA la economista Anastasia Daicich, directora de la consultora Qualy.
El informe plantea que la estabilización del dólar se apoyó en un endurecimiento monetario que derivó en una suba drástica de las tasas de interés. La consecuencia inmediata fue un fuerte efecto recesivo, en un contexto de desconfianza persistente en la moneda local. El interrogante central es si se trata de una presión pasajera vinculada al calendario electoral y a los tropiezos del Gobierno en el frente político, o si lo que está en juego es la sostenibilidad estructural del programa económico de Javier Milei.
Qualy advierte que la política monetaria restrictiva se superpone a un cuadro de estancamiento que ya se había hecho visible en los últimos datos oficiales. Según el INDEC, el PBI y la producción manufacturera de junio se ubicaron en niveles similares a los de fines de 2024, sin señales de recuperación a lo largo del primer semestre.
El consumo, en tanto, muestra un desdoblamiento: mientras un segmento de ingresos altos mantiene un ritmo sostenido, la mayoría de los hogares enfrenta salarios que no recuperan niveles previos, un agotamiento de la capacidad de endeudamiento y un incremento en la morosidad. La suba de tasas, que encarece el crédito, agrega un freno adicional.
El lado político
El análisis de Qualy también incorpora el condimento político. La temporada electoral se desarrolla en paralelo a un enfrentamiento entre el oficialismo y el Congreso, y a un escándalo de presunta corrupción que golpeó la imagen del Gobierno nacional y generó un duelo mediático entre la administración central y la bonaerense, que conduce Axel Kicillof. Para la consultora, la población empieza a mostrar más malestar por la estrechez económica que alivio por la baja de la inflación, lo que puede derivar en un voto de castigo. Sin embargo, la falta de una oposición consolidada abre la posibilidad de que ese descontento se traduzca en mayor abstención.
De cualquier modo, Qualy considera “altamente probable” que, tras las elecciones, se produzca un reacomodamiento en el gabinete nacional, con el objetivo de mejorar la relación con el Congreso, restaurar la confianza de los mercados y redefinir prioridades de política económica.
Por el lado de los precios, la inflación de julio fue del 1,9% y se espera que agosto cierre en torno al 2%. Aunque la devaluación mensual del peso fue más baja que en julio, su traslado a precios se mantiene por la vía de los insumos importados y de los productos dolarizados. La inflación núcleo continúa en proceso de desaceleración.
El comercio exterior sigue mostrando superávit: julio marcó el vigésimo mes consecutivo con saldo positivo, sostenido en las exportaciones agroindustriales y en una reducción de las importaciones por la debilidad de la demanda interna.
La actividad económica cayó 0,7% en junio según el EMAE y se mantuvo estancada en torno a los niveles de diciembre de 2024. El consumo de cemento retrocedió 0,6% mensual, los patentamientos de autos cayeron 3,1% y los de motos 1%. En paralelo, el índice PulsoPBA del Banco Provincia mostró que la economía bonaerense se contrajo 1,4% en agosto, acumulando seis semanas consecutivas de baja.
Los créditos al consumo subieron 2,7% desestacionalizados, pero los préstamos comerciales cayeron 3%, reflejando las dificultades de las empresas. Los aportes a la seguridad social retrocedieron 1,1% mensual, lo que apunta a un mercado laboral en retroceso.
La recaudación fiscal mostró un débil crecimiento en impuestos vinculados al consumo interno, con el IVA avanzando apenas 1% anual real y los débitos y créditos un 2%, ambos en desaceleración. La excepción fue el impuesto a los combustibles, que subió 47% en términos reales por la actualización de alícuotas y aumentos de precios.
El panorama trazado por Qualy coincide con otros análisis privados. Empiria señaló que la salida desordenada de las Leliqs derivó en dos meses de volatilidad extrema y tasas altísimas, duplicando el costo del crédito para las empresas. A su juicio, alcanzar el 5,5% de crecimiento previsto en el Presupuesto luce improbable: para lograrlo sería necesario un incremento mensual promedio de 0,9% en el segundo semestre.
Equilibra coincide en que la política monetaria más restrictiva empeoró la perspectiva de actividad desde agosto y proyecta nuevas caídas desestacionalizadas en lo que resta del año. LCG, por su parte, destacó que los impuestos al consumo crecen cada vez más lentamente, lo que confirma la debilidad de la demanda.
Desde a consultora Econviews advirtieron por el retroceso en la construcción y en el sector automotor.
Mientras que Eco Go y Orlando Ferreres estimaron una merman de la actividad de 1% en julio. El CICEC calculó una baja menor, de 0,5%, y Equilibra del -0,3%.
La salida desordenada de las Leliqs derivó en dos meses de alta volatilidad
Incluso el ministro de Economía, Luis Caputo, reconoció que la suba de tasas puede impactar negativamente en el nivel de actividad en el corto plazo, aunque confió en que se trata de un efecto transitorio hasta que los resultados electorales definan el rumbo político.
El consenso entre las consultoras es que la economía atraviesa un enfriamiento difícil de revertir en lo inmediato. Los analistas esperan que el tercer trimestre cierre con una contracción y que, en el mejor de los casos, se produzca un rebote postelectoral que permitiría mejorar el promedio anual, aunque sin alterar el hecho de que a fines de 2025 el nivel de producción sería similar al de un año atrás.
En ese marco, el informe de Qualy sintetiza la tensión actual: un dólar contenido a fuerza de tasas altísimas, un consumo que no despega y una economía que transita el proceso electoral con la incógnita de si la estabilización lograda será duradera o apenas una pausa antes de nuevas turbulencias.
El informe también resalta que durante agosto aparecieron señales favorables desde el plano internacional. La Reserva Federal de Estados Unidos dejó abierta la posibilidad de recortar tasas, lo que aliviaría la presión sobre mercados emergentes como el argentino. A la vez, el recorte de producción de los principales países petroleros impulsa el precio del crudo, lo que podría mejorar el balance externo de Argentina, que hoy es exportador neto.
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