“El gallo de oro” y el destino marcado por un canto

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Publicada por primera vez en 1980, aunque escrita entre 1956 y 1958, “El gallo de oro” es la otra gran pieza narrativa de Juan Rulfo junto a “Pedro Páramo” y “El llano en llamas”. Esta novela corta recupera el pulso mítico y fatalista que atraviesa toda su obra: la vida como una apuesta marcada de antemano por la pérdida.

El protagonista es Dionisio Pinzón, pregonero pobre y tullido del pueblo de San Miguel del Milagro. Su existencia cambia cuando recibe un gallo malherido que todos consideran desahuciado.

Contra todo pronóstico, logra salvarlo.

Ese gesto, sin embargo, se cobra un precio: la muerte de su madre, a la que debe enterrar con una precariedad humillante. Así, la suerte de Dionisio queda unida para siempre al destino del animal.

Con el gallo renacido, bautizado como “Ala Tuerta”, Dionisio inicia un camino de ascenso en el mundo de las ferias y palenques. El animal se convierte en símbolo de prosperidad: gana peleas, abre puertas, lo arranca de la miseria. Pero como en todo relato rulfiano, la fortuna es inestable, un espejismo. Tras enfrentarse al poderoso Lorenzo Benavides y perder, Dionisio comprende que el triunfo no existe sin su reverso.

La obra condensa la fuerza trágica de Rulfo. No es solo una historia sobre apuestas, amores y ferias pueblerinas, sino un espejo de la condición humana: la lucha desesperada contra un destino implacable.

El gallo de oro
Juan Rulfo

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