Nadie tiene los votos comprados, el teorema de Baglini y el escenario para 2027
Edición Impresa | 9 de Septiembre de 2025 | 01:43

Carlos Barolo
La derrota de La Libertad Avanza en el distrito más poblado del país, que representa casi el 40 por ciento del padrón nacional, demuestra que el “voto bronca” que los llevó al poder en 2023 no es suficiente para sostener un proyecto de gobierno a largo plazo. Ahora parece que en las urnas le pagaron con la misma moneda.
En el proceso democrático, nadie tiene los votos comprados (propios), y cada sufragio es el resultado de un análisis del elector. Así lo reflejan los comicios de, por lo menos, los últimos 30 años. Esta elección totalmente provincial marcó que muchos bonaerenses no votaron “a favor de” (el peronismo) sino “en contra de” (Milei).
También están los “decepcionados” a quienes consultores colocan entre los que prefirieron no ir a votar, desencantados del gobierno libertario pero también con anteriores administraciones peronistas-kirchneristas.
El resultado de las urnas confirma, una vez más, la vigencia del teorema de Baglini. Este postulado político, enunciado por el exdiputado radical Raúl Baglini, sostiene que la audacia de las propuestas de un partido son inversamente proporcionales a sus chances de acceder al poder.
En 2023, cuando La Libertad Avanza era un partido outsider, sus propuestas de “motosierra” y “plan de shock” resonaban como un grito de rebeldía contra la “casta”. Una vez en el poder, y con el deber de gestionar un país, muchas de esas propuestas se han topado con la realidad.
La campaña de La Libertad Avanza en la Provincia, que buscaba un respaldo a las políticas de Milei, chocó de frente con las problemáticas de la “microeconomía”: la caída del consumo, la pérdida de poder adquisitivo y el desfinanciamiento de áreas clave. El resultado electoral es una prueba fehaciente de que el idealismo de campaña debe ceder ante la necesidad de pragmatismo y gobernabilidad. El peronismo, por su parte, supo leer el contexto, lo que le permitió capitalizar el descontento de la sociedad con el oficialismo.
Muchos no votaron “a favor de” (el peronismo) sino “en contra de” (Milei)
También hay que tener en cuenta que cuando el presidente MIlei decidió nacionalizar a pleno la campaña electoral en la Provincia, le estallaron denuncias de corrupción, un flagelo que el gobierno libertario había prometido combatir cuando llegó a la Casa Rosada. Unas de ellas más resonante por tratarse de audios presuntamente de un funcionario suyo -Diego Spagnuolo, ahora exsecretario de Discapacidad- que habla de pedidos de coimas a laboratorios y le apunta a “El Jefe”, Karina Milei. La otra denuncia apuntó al PAMI por la compra con sobreprecios de anteojos necesarios para operar de cataratas y que la hicieron más de 500 oftalmólogos.
Todos acarician el poder
Pero además, este resultado abre un nuevo escenario de cara a las presidenciales de 2027 a pesar que se ven a años luz. De hecho al Gobierno de Milei aún le queda cumplir con la segunda parte de su mandato. El Presidente tendrá que cambiar -lo marcó el electorado bonaerense- si quiere cumplir su deseo, que ya hizo público, de ser reelecto.
Del lado del peronismo, Axel Kicillof tendrá que saber como capitalizar el contundente triunfo en la provincia que gobierna, en medio de una interna que no tiene fin con el kirchnerismo; para muestra no hace falta un botón ¿por qué no estuvo el jefe del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, en el búnker ganador que se montó en La Plata?
Los gobernadores tienen a su favor un discurso más moderado y de propuestas
Tampoco hay que subestimar el poder de los gobernadores que no comulgan ni con los libertarios ni con el peronismo y manejan provincias claves para la economía del país. Ya mostraron, ese poder político, en el Congreso dándole varios cachetazos al oficialismo nacional. Quieren armar un gran frente federal para ser una alternativa viable en la próxima elección presidencial.
Tienen a su favor un discurso moderado -no confrontativo con el Poder Ejecutivo como sucede con el PJ-kirchnerismo-, en el cual ponen como eje la producción y las obras de infraestructuras, como ser mejorar las rutas nacionales.
Cierto que en la Provincia la fuerza que referenciaron Somos Buenos Aires no tuvo los resultados esperados. Pero quizás puede ser una buena oportunidad para dejar las mezquindades políticas entre los peronistas disidentes, radicales, el GEN y la Coalición Cívica, para armar una alianza muy fuerte a nivel país y romper con una polarización que quedó bien marcada en las elecciones del domingo en el territorio bonaerense.
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