Polémico casamiento de un sacerdote

La decisión de contraer matrimonio adoptada por un cura párroco de origen filipino y la vicedirectora de un colegio católico, generó una fuerte polémica en la sociedad misionera y provocó una fuerte reacción del obispo de Puerto Iguazú, monseñor Joaquín Piña, quien opinó que se trata de "un hecho lamentable".
El padre Josefino Krusillo, quien prestaba servicios en la parroquia del Verbo Divino de Puerto Esperanza, y la docente Laura Krupp, vicedirectora del Instituto San Francisco de Asís de Posadas, se casaron el pasado 18 de diciembre.

El casamiento se realizó con la bendición del diácono Gerardo Schollers, de la Iglesia de Puerto Bemberg, luego de que la unión se plasmara ante un juez de paz de Puerto Libertad.
El padre Krusillo y la maestra Krupp contrajeron matrimonio tras mantener una relación en forma clandestina durante cinco años, según la información publicada por el diario local "El Territorio".
Los novios viajaron hacia Filipinas para pasar la luna de miel y al regreso de su viaje, Krusillo planea establecerse en Posadas junto a su flamante esposa, para dedicarse a la venta de artesanías de esa nación asiática.
El obispo Piña señaló que el matrimonio entre el cura y la docente "causa daño a la comunidad y a la gente", aunque remarcó que comprende a Krusillo porque "se trata de un ser humano y puede tener su debilidad".
El prelado de Puerto Iguazú sostuvo que Krusillo, al contraer matrimonio, "deja de ejercer como sacerdote, pero no deja de ser sacerdote". En este sentido, explicó que el religioso filipino abandonó el sacerdocio al no solicitar a las autoridades eclesiásticas la "dispensa" para concretar la unión matrimonial, un trámite que -según indicó- "lleva su tiempo".
El padre Krusillo ofreció misa en su parroquia el fin de semana anterior a su matrimonio, y cuando anunció su decisión "sorprendió a todos", según indicó el padre Arnold, de Puerto Esperanza.
La relación entre el cura y Krupp se inició hace cinco años cuando el religioso comenzó a desempeñarse como asesor legal del instituto educativo donde ella trabaja. El padre Krusillo fue relevado un año después de esa función y enviado como párroco a la Iglesia del Verbo Divino de Puerto Esperanza.
El obispo Piña también consideró que la situación se complica porque, a pesar de que Krupp está separada legalmente, en la Iglesia el matrimonio es "indisoluble", al igual que el sacerdocio.
Asimismo, el prelado señaló que si los recién casados "se arrepienten y entran en estado de gracia pueden tomar los sacramentos, pero si viven en una situación de pecado ellos mismos se excluyen".
El obispo Piña señaló asimismo que el sacerdote y la maestra rompieron un "compromiso" y pecaron de "infidelidad", ya que ella contrajo matrimonio por segunda vez tras haber estado casada por la Iglesia, y él quebró sus votos de celibato.
"Es lamentable, porque es un caso de infidelidad. Es un caso de infidelidad de los dos: de él, porque se había comprometido a servir a una comunidad desde su sacerdocio; y de ella también, porque está divorciada pero ése es sólo un contrato civil y no religioso", expresó el prelado.
El religioso señaló que el matrimonio entre Krusillo y Krupp "es un hecho triste y lamentable por la repercusión que puede tener en la comunidad. Comparto el dolor de la gente que se siente defraudada por este sacerdote. La gente sabe muy bien que este hombre se había comprometido a servir a una comunidad desde su sacerdocio y desde su celibato".
Piña indicó que comprende la situación del religioso, porque "cualquiera puede tener un enamoramiento", aunque aclaró que "una persona que tiene un compromiso sabe que si quiere ser fiel a ese compromiso tiene que renunciar al otro".
Asimismo, señaló que "no porque se case el padre Josefino deja de ser un cristiano, e incluso él manifestó que no tiene ningún problema con su fe ni con la Iglesia, sólo dejará de ejercer el sacerdocio".

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