Murió Eduardo Copello
| 28 de Febrero de 2000 | 00:00

Córdoba.- El ex piloto de automovilismo Eduardo Copello murió ayer en Córdoba, a los 74 años, víctima de una insuficiencia cardíaca, informaron fuentes del Hospital Español de la capital provincial.
Copello, quien en la década del 60 fue uno de los referentes más importantes del automovilismo deportivo argentino, falleció a las 15 y sus restos serán inhumados hoy, en el cementerio Parque del Sol de la capital cordobesa.
Apodado el 'maestro' por su talento conductivo, el piloto sanjuanino integró la recordada misión argentina a las 84 horas de Nürburgring, Alemania, que en 1967 hizo célebre al Torino 380 W fabricado en Renault Córdoba.
El ex corredor de Turismo Carretera ingresó al Hospital Español en enero pasado aquejado de una afección pulmonar, y según señalaron fuentes de ese centro asistencial "llegó padeciendo una tromboembolia complicada con una neumonía interhospitalaria".
Copello conformó en los '60 el denominado "trío CGT", sigla formada por la inicial de su apellido y las de Héctor Gradassi y Jorge Ternengo, todos al comando de los Torino con motor Tornado que preparaba Oreste Berta.
A bordo de ese auto fue campeón de Turismo Carretera en 1967 y en 1970 (se impuso en Clase B y en la especialidad Montaña).
Por otra parte, ganó el certamen de Mecánica Argentina Fórmula 1 en 1968 y de Sport Prototipo en 1969.
En Nürburgring, Copello compartió la misión con otros ocho pilotos, todos dirigidos por el quíntuple campeón de Fórmula 1, Juan Manuel Fangio.
Sus familiares más cercanos, entre ellos su hija María José, comentaron que en los últimos tiempos "se emocionaba fácilmente cuando le recordaban los Torino y aquella carrera de Alemania".
María José señaló que lo que más recuerda de su padre es la caballerosidad deportiva que lo distinguía.
"Era un caballero del deporte. Dejando de lado la calidad que demostró como piloto, siempre se destacó por su hombría de bien", consideró María José.
La hija mayor del ex piloto (Copello tuvo otros dos: Eduardo y Constanza), recordó que en los años de esplendor de su padre "todo era más cálido, y el deporte también".
"Durante la carrera de Nürburgring me conectaron por teléfono con papá desde Alemania y juntos hablamos por radio para todo el país", recordó María José.
Copello, quien en la década del 60 fue uno de los referentes más importantes del automovilismo deportivo argentino, falleció a las 15 y sus restos serán inhumados hoy, en el cementerio Parque del Sol de la capital cordobesa.
Apodado el 'maestro' por su talento conductivo, el piloto sanjuanino integró la recordada misión argentina a las 84 horas de Nürburgring, Alemania, que en 1967 hizo célebre al Torino 380 W fabricado en Renault Córdoba.
El ex corredor de Turismo Carretera ingresó al Hospital Español en enero pasado aquejado de una afección pulmonar, y según señalaron fuentes de ese centro asistencial "llegó padeciendo una tromboembolia complicada con una neumonía interhospitalaria".
Copello conformó en los '60 el denominado "trío CGT", sigla formada por la inicial de su apellido y las de Héctor Gradassi y Jorge Ternengo, todos al comando de los Torino con motor Tornado que preparaba Oreste Berta.
A bordo de ese auto fue campeón de Turismo Carretera en 1967 y en 1970 (se impuso en Clase B y en la especialidad Montaña).
Por otra parte, ganó el certamen de Mecánica Argentina Fórmula 1 en 1968 y de Sport Prototipo en 1969.
En Nürburgring, Copello compartió la misión con otros ocho pilotos, todos dirigidos por el quíntuple campeón de Fórmula 1, Juan Manuel Fangio.
Sus familiares más cercanos, entre ellos su hija María José, comentaron que en los últimos tiempos "se emocionaba fácilmente cuando le recordaban los Torino y aquella carrera de Alemania".
María José señaló que lo que más recuerda de su padre es la caballerosidad deportiva que lo distinguía.
"Era un caballero del deporte. Dejando de lado la calidad que demostró como piloto, siempre se destacó por su hombría de bien", consideró María José.
La hija mayor del ex piloto (Copello tuvo otros dos: Eduardo y Constanza), recordó que en los años de esplendor de su padre "todo era más cálido, y el deporte también".
"Durante la carrera de Nürburgring me conectaron por teléfono con papá desde Alemania y juntos hablamos por radio para todo el país", recordó María José.
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