La trama secreta del robo en la Caja de los psicólogos
Entre los involucrados hay empleados del banco y de la Caja. Tienen pedido de captura
| 16 de Octubre de 2004 | 00:00

El 22 de agosto del año pasado una noticia sacudió a los profesionales de la psicología que aportan religiosamente un porcentaje de sus ingresos para gozar en un futuro de la jubilación: robaron casi medio millón de dólares que la Caja de Psicólogos de la Provincia había depositado en una caja de seguridad del banco Credicoop, sucursal diagonal 80 y 5.
Por unos meses la investigación parecía haber ingresado a otro de los tantos laberintos judiciales que no tienen salida, pero el fiscal platense Alejandro Villordo, de la Unidad Funcional de Autores Ignorados, luego de una minuciosa instrucción llegó a dictaminar cómo se habrían llevado el dinero y quiénes habrían sido los autores.
A partir de allí, con fundadas sospechas sobre quiénes fueron los autores, tomó la posta el fiscal penal Leandro Heredia, quien entendió que se trató de un hecho de hurto y fraude, y pidió la detención de cinco personas.
Sin embargo, cuando la causa parecía haber retomado por estos días su curso volvió a ingresar al laberinto judicial sin salida, debido a planteos de competencia, que podrían terminar en la alzada, con el consecuente perjuicio que genera el paso del tiempo que pondría en peligro -en caso de ser consentidas por el juzgado de Garantías- las detenciones, mientras se determina qué juez intervendrá: Guillermo Atencio o César Melazo.
COMO FUE EL GOLPE
Voceros judiciales explicaron a este diario que los investigadores determinaron que el 22 de agosto del año pasado los licenciados Mario Molina y Jorge Reartes -presidente y tesorero, respectivamente, de la Caja de Seguridad Social para los Psicólogos de la Provincia- constataron al concurrir a la sucursal platense del Credicoop, que de la caja de seguridad número 273 que habían alquilado faltaban 442.250 dólares.
También informaron que en la investigación judicial se estableció que de los registros de la citada entidad bancaria surgió que autores ignorados, haciéndose pasar por el tesorero Reartes habían franqueado el paso hacia la caja de seguridad del banco el 20 de marzo de 2003.
En el dictamen fiscal se sostuvo que en la causa surgieron evidencias suficientes para sospechar que Horacio Daniel González, Juan Manuel Vilches, Hugo Alberto Vilches y Juan Antonio Banegas serían los presuntos autores del robo, detalló una fuente de tribunales.
Como pruebas -agregaron los voceros consultados- la fiscalía a cargo de Villordo tomó en cuenta presuntas contradicciones que surgieron de la testimonial brindada por el cajero del Credicoop Horacio González. Este reconoció haber verificado la operación de la caja de seguridad y el libro de acceso a las mismas y que ese día se presentó Reartes con una mujer, que por error omitió que firmaran ambos, haciéndolo sólo el tesorero.
Con respecto a esa declaración el fiscal consideró que el cajero reconoció que era la primera vez que veía a Reartes y que por ello debió extremar los recaudos, más aún teniendo en cuenta que la jefa operativa del Banco dijo que a simple vista la firma del libro de acceso no pertenece a Reartes, dejando con ello al descubierto que los dichos del cajero presuntamente "son mendaces y que franqueó el ingreso a la caja de seguridad" a las personas que se llevaron el dinero, precisaron fuentes judiciales.
También aseguraron que el fiscal entendió que no hubo negligencia del cajero sino un supuesto accionar doloso, es decir con intención de cometer el delito que se investiga.
Los voceros consultados informaron que la fiscalía también incluyó como indicios un video aportado por el Colegio de Psicólogos de Lomas de Zamora, de donde surge que Reartes trabajó el 20 de marzo de 2003 en ese lugar. Y una pericia caligráfica que descartó que la firma fuera la del tesorero.
Sobre Juan Vilches, la fiscalía tomó en cuenta que éste cumplía tareas administrativas en la Tesorería del Colegio de Psicólogos, y que por esa función tenía acceso a la caja donde se guardaban las dos llaves de la caja de seguridad 273, como así también "mantenía una relación de noviazgo con una empleada, encargada de la parte financiera de la citada institución y que estaba al tanto del movimiento de las cuentas bancarias", dijeron las fuentes.
También se valoró -agregaron- que el imputado antes mencionado renunció al Colegio a los pocos meses después de producido el robo y que sin conseguir otro trabajo mantuvo su nivel de vida.
AUTO Y CABALLOS DE CARRERA
Con respecto a Hugo Vilches, padre del empleado del Colegio, se valoró que es un vecino conocido de la localidad de General Alvear, y que a poco de ocurrido el hecho, y a pesar de que desde hace años no se le conoce un empleo fijo, apareció con un flamante cero kilómetro Chevrolet Vectra, que compró el 21 de marzo de 2003 con un pago en efectivo y en dólares, como así también que hizo gastos en hoteles de lujo, compró ropa costosa, dos caballos de carrera pura sangre y que en público hacía demostraciones sobre sus bolsillos llenos de dinero, afirmaron las fuentes consultadas.
Además señalaron que este último imputado, luego de que tomara estado público el robo, desapareció de General Alvear.
Sobre el sospechoso Banegas, la fiscalía tomó como indicios en su contra que al otro día del robo se compró un Chevrolet cero kilómetro por una suma de 9.800 dólares que pagó de una vez y al contado, que desde esa fecha hizo varios viajes al exterior. También se valoraron en su contra numerosas comunicaciones telefónicas con los otros imputados registradas con entrecruzamientos dispuestos en la causa, aseveraron las fuentes.
También afirmaron que con esos datos la causa pasó al fiscal Heredia, quien calificó legalmente el caso como hurto -por las llaves de la caja de seguridad sustraídas del Colegio- y fraude -por la maniobra realizada para sustraer los dólares- y pidió las capturas de los cuatro señalados por su colega Villordo y posiblemente la captura de una mujer.
Por unos meses la investigación parecía haber ingresado a otro de los tantos laberintos judiciales que no tienen salida, pero el fiscal platense Alejandro Villordo, de la Unidad Funcional de Autores Ignorados, luego de una minuciosa instrucción llegó a dictaminar cómo se habrían llevado el dinero y quiénes habrían sido los autores.
A partir de allí, con fundadas sospechas sobre quiénes fueron los autores, tomó la posta el fiscal penal Leandro Heredia, quien entendió que se trató de un hecho de hurto y fraude, y pidió la detención de cinco personas.
Sin embargo, cuando la causa parecía haber retomado por estos días su curso volvió a ingresar al laberinto judicial sin salida, debido a planteos de competencia, que podrían terminar en la alzada, con el consecuente perjuicio que genera el paso del tiempo que pondría en peligro -en caso de ser consentidas por el juzgado de Garantías- las detenciones, mientras se determina qué juez intervendrá: Guillermo Atencio o César Melazo.
COMO FUE EL GOLPE
Voceros judiciales explicaron a este diario que los investigadores determinaron que el 22 de agosto del año pasado los licenciados Mario Molina y Jorge Reartes -presidente y tesorero, respectivamente, de la Caja de Seguridad Social para los Psicólogos de la Provincia- constataron al concurrir a la sucursal platense del Credicoop, que de la caja de seguridad número 273 que habían alquilado faltaban 442.250 dólares.
También informaron que en la investigación judicial se estableció que de los registros de la citada entidad bancaria surgió que autores ignorados, haciéndose pasar por el tesorero Reartes habían franqueado el paso hacia la caja de seguridad del banco el 20 de marzo de 2003.
En el dictamen fiscal se sostuvo que en la causa surgieron evidencias suficientes para sospechar que Horacio Daniel González, Juan Manuel Vilches, Hugo Alberto Vilches y Juan Antonio Banegas serían los presuntos autores del robo, detalló una fuente de tribunales.
Como pruebas -agregaron los voceros consultados- la fiscalía a cargo de Villordo tomó en cuenta presuntas contradicciones que surgieron de la testimonial brindada por el cajero del Credicoop Horacio González. Este reconoció haber verificado la operación de la caja de seguridad y el libro de acceso a las mismas y que ese día se presentó Reartes con una mujer, que por error omitió que firmaran ambos, haciéndolo sólo el tesorero.
Con respecto a esa declaración el fiscal consideró que el cajero reconoció que era la primera vez que veía a Reartes y que por ello debió extremar los recaudos, más aún teniendo en cuenta que la jefa operativa del Banco dijo que a simple vista la firma del libro de acceso no pertenece a Reartes, dejando con ello al descubierto que los dichos del cajero presuntamente "son mendaces y que franqueó el ingreso a la caja de seguridad" a las personas que se llevaron el dinero, precisaron fuentes judiciales.
También aseguraron que el fiscal entendió que no hubo negligencia del cajero sino un supuesto accionar doloso, es decir con intención de cometer el delito que se investiga.
Los voceros consultados informaron que la fiscalía también incluyó como indicios un video aportado por el Colegio de Psicólogos de Lomas de Zamora, de donde surge que Reartes trabajó el 20 de marzo de 2003 en ese lugar. Y una pericia caligráfica que descartó que la firma fuera la del tesorero.
Sobre Juan Vilches, la fiscalía tomó en cuenta que éste cumplía tareas administrativas en la Tesorería del Colegio de Psicólogos, y que por esa función tenía acceso a la caja donde se guardaban las dos llaves de la caja de seguridad 273, como así también "mantenía una relación de noviazgo con una empleada, encargada de la parte financiera de la citada institución y que estaba al tanto del movimiento de las cuentas bancarias", dijeron las fuentes.
También se valoró -agregaron- que el imputado antes mencionado renunció al Colegio a los pocos meses después de producido el robo y que sin conseguir otro trabajo mantuvo su nivel de vida.
AUTO Y CABALLOS DE CARRERA
Con respecto a Hugo Vilches, padre del empleado del Colegio, se valoró que es un vecino conocido de la localidad de General Alvear, y que a poco de ocurrido el hecho, y a pesar de que desde hace años no se le conoce un empleo fijo, apareció con un flamante cero kilómetro Chevrolet Vectra, que compró el 21 de marzo de 2003 con un pago en efectivo y en dólares, como así también que hizo gastos en hoteles de lujo, compró ropa costosa, dos caballos de carrera pura sangre y que en público hacía demostraciones sobre sus bolsillos llenos de dinero, afirmaron las fuentes consultadas.
Además señalaron que este último imputado, luego de que tomara estado público el robo, desapareció de General Alvear.
Sobre el sospechoso Banegas, la fiscalía tomó como indicios en su contra que al otro día del robo se compró un Chevrolet cero kilómetro por una suma de 9.800 dólares que pagó de una vez y al contado, que desde esa fecha hizo varios viajes al exterior. También se valoraron en su contra numerosas comunicaciones telefónicas con los otros imputados registradas con entrecruzamientos dispuestos en la causa, aseveraron las fuentes.
También afirmaron que con esos datos la causa pasó al fiscal Heredia, quien calificó legalmente el caso como hurto -por las llaves de la caja de seguridad sustraídas del Colegio- y fraude -por la maniobra realizada para sustraer los dólares- y pidió las capturas de los cuatro señalados por su colega Villordo y posiblemente la captura de una mujer.
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