Salen a acentuar las palabras en la calle

Un grupo de jóvenes platenses preocupado por la ortografía

Hace un par de meses, cansado de ver carteles, leyendas y pintadas con errores y omisiones ortográficas, un joven vasco radicado en México decidió hacer docencia por mano propia. Así nació "Acentos Perdidos", un "programa de reinserción" de tildes en la vía pública -con base en Internet- que tiene dosis parejas de cruzada y de juego con fines educativos. La Plata no es ajena al fenómeno; pegamento y recortes en mano, las "brigadas gramaticales" ya recorren las calles de la Ciudad interviniendo mensajes institucionales o publicitarios, arengas políticas y graffittis.

En muy poco tiempo, con la explosiva "viralidad" que proporcionan las redes sociales, la movida iniciada por Pablo Zulaica Parra, de 27 años, ganó adeptos en varios países, y surgieron sucursales regionales: España, México, República Dominicana, Venezuela, Colombia, Argentina, Perú, los Estados Unidos. En nuestro medio, un grupo de jóvenes universitarios ya corrigió "de facto" murales, cortinas metálicas, vidrieras, señales de tránsito, y adelanta que "es sólo el comienzo".

El artífice de "Acentos Perdidos/Argentina" es Rodrigo Maidana. Un estudiante de Ciencias Económicas de la UNLP de 18 años, oriundo del Barrio Norte, que tras enterarse por televisión de la propuesta de Zulaica Parra se puso en contacto para pedirle asesoramiento. "Le pregunté si le molestaba que abriera un blog basado en Argentina, y le encantó" recuerda Rodrigo: "así empezamos; hubo tan buen rebote, que tenemos un grupo en facebook con 200 amigos y nos llegan fotos de intervenciones en otras ciudades de la Provincia y el país".

Los operativos que encabeza Maidana, "con mi novia, algún amigo o compañero de la facultad, o algún familiar", consisten en salir a pegar sobre las omisiones ortográficas recortes con forma de tilde -tamaño XL-, conteniendo una explicación (por ejemplo, "esta palabra se acentúa porque es aguda y termina en 'n', 's' o vocal") y una reconvención ("no pierdas puntos por tu ortografía").

Los resultados son fotografiados, y se reflejan en el blog con leve mordacidad y un toque de humor. Esta modalidad de activismo no es furtiva; se pide autorización para pegar los acentos, siempre que sea posible. "En general, hay buena onda" revela Rodrigo: "a los comerciantes se les explica que pueden dejar el cartel cuanto quieran, o despegarlo, y no hay dramas".

"En las avenidas 7 y 13, de punta a punta, no hay local en el que no haya algún error, generalmente por la creencia extendida -y errónea- de que a las mayúsculas no se les pone tilde" precisa este aspirante a contador que se interesó por la buena escritura "a través de mis padres, que son periodistas, y los buenos profesores que tuve en la Anexa y el Liceo".

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