Belgrano manchó la historia de River mandándolo a la B

RIVER 1- BELGRANO 1 Final.- River Plate, el equipo con más títulos del fútbol argentino y uno de los dos más populares del país, descendió el domingo a la segunda división por primera vez en 110 años de historia al empatar 1-1 con Belgrano de Córdoba en un dramático partido

Más de 50.000 fanáticos velaron en vivo en su propio estadio Monumental a River, que necesitaba ganar por dos goles de diferencia para conservar la categoría tras perder 2-0 en el choque de ida.

El partido se suspendió a falta de menos de un minuto por incidentes protagonizados por hinchas de River, pero según el reglamento no proseguirá.

El descenso es la peor humillación de River en una historia en la que embolsó 33 títulos nacionales, 10 más que su escolta y archienemigo Boca Juniors, además de dos Copas Libertadores y una Copa Intercontinental, equivalente ahora al Mundial de clubes.

Mariano Pavone abrió la cuenta para River a los cinco minutos con un derechazo desde afuera del área y Guillermo Farré igualó en un contragolpe a los 62.

Pavone desperdició un penal que Juan Carlos Olave le atajó a los 69 minutos. Si convertía el remate, un gol más hubiese dejado a River en la primera división.

Considerado uno de los clubes más prestigiosos del continente, el descenso de River es comparable a una caída semejante de Barcelona o Real Madrid en España, Manchester United en Inglaterra o Inter en Italia. Es la culminación de la peor crisis institucional y deportiva del club, tras años de malos manejos.

Hasta ahora, San Lorenzo y Racing eran los únicos equipos de los cinco considerados grandes que habían jugado en segunda división. Ahora, sólo Boca e Independiente pueden presumir no haber descendido nunca.

Ninguno de los protagonistas del partido formuló declaraciones, ante unas tribunas de River en las que los hinchas locales quedaron sumidos en el desconsuelo total.

"Esto es tremendo, es el mayor drama de mi vida después de la muerte de mi madre", dijo por teléfono a The Associated Press Juan Osvaldo Iglesias, un "fanático empedernido" de River.

"Me quiero morir yo ahora", dijo.

Juan Pablo Carrizo, arquero de River y de la selección argentina en la próxima Copa América, se fue de la cancha llorando al igual que la mayoría de sus compañeros.

Con el descenso a flor de piel, hace dos semanas que nadie del plantel de River habla con la prensa.

Unos 2.200 policías, una cifra récord para un partido de fútbol en Argentina, se desplegaron dentro y fuera del estadio, en el que se registraron incidentes cuando fanáticos arrojaron proyectiles contra las instalaciones del club.

Pese a esa vigilancia, casi 50 personas resultaron heridas en medio de incidentes tras el partido, en el que fanáticos de River incendiaron autos y destrozaron con proyectiles parte de las instalaciones del club.

Durante el partido de ida el miércoles en Córdoba, fanáticos de River rompieron un alambrado y saltaron a la cancha para increpar y empujar a jugadores de su equipo, por lo que se evaluó la posibilidad de que el desquite se jugara sin público.

River jugó el partido definitivo sin tres de sus pilares por acumulación de amonestaciones: el mediocampista y capitán Matías Almeyda y los defensores Paulo Ferrari y Adalberto Román.

El entrenador de Belgrano, Ricardo Zielinski, se mostró encantado con lograr el ascenso y dijo que fue el logro más importante de su carrera deportiva.

"Los muchachos se lo merecen porque se han roto el alma", destacó el entrenador. "Parece una película, una película con final feliz".

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