Ahora se embarró la cancha

De repente, al Lobo se le vino la noche. Lo que era puntaje ideal, con goleadores en cancha y triunfos continuados, se transformó en un equipo lleno de dudas y con problemas evidentes para poder anotar goles. Anoche, ni siquiera con dos penales a favor pudo meterla adentro del arco.

El empate de ayer dejó en evidencia la decaída del equipo, que lleva cuatro partidos sin ganar, con dos empates y dos derrotas. Para peor, estiró a 340 los minutos sin convertir, con los ceros ante Gimnasia de Jujuy, Aldosivi e Instituto.

Encima, los últimos dos encuentros los disputó en el Bosque, un escenario en donde, tradicionalmente, siempre se hizo fuerte.

SILBIDOS

Como si todos los datos no fueran desalentadores para el hincha de Gimnasia, que ayer despidió al equipo con una mezcla de silbidos e indiferencia, la próxima fecha deberá viajar hasta el Gigante de Arroyito para enfrentar a Rosario Central, equipo que arrancó el torneo por el piso pero que en las últimas fechas parece haberse puesto de pie, con una seguidilla de triunfos que lo puso en la consideración. Por eso, el partido del lunes 3 parece ser clave para ver cómo terminará el año el equipo dirigido por Pedro Troglio.

AL FINAL, NO TAN MALO

De todos modos, a pesar de tanta pálida, el equipo sigue como escolta. Ni siquiera haber sumado dos puntos sobre doce le quitó la chapa de candidato. Porque Independiente Rivadavia y Sarmiento de Junín, los equipos que habían comenzado el torneo prendidos en los puestos de vanguardia, tampoco pudieron sacar provecho del bajón tripero.

Eso sí, Gimnasia (27) deberá estar atento a lo que ocurra con Banfield (24) y Gimnasia de Jujuy (24). Si el Taladro le gana esta tarde a Douglas Haig en Pergamino y los jujeños hacen lo propio mañana ante Merlo en el Norte, entonces los tres quedarán con 27 y deberían definir en un triangular virtual cuál se mete en el ascenso.

De todos modos, lo preocupante es cómo se acercó Central, que si el lunes le gana a Aldosivi como visitante quedará a solo dos puntos del Lobo. Así, la escenario de Gimnasia se embarró. De repente. En el momento que ningún hincha se lo esperaba.