Esta vez el arbitraje dejó una mala imagen

El árbitro del partido, Mauro Giannini, redondeó una muy floja tarea, en un partido que se presentó abierto y jugado lealmente. Abusó de la tarjeta amarilla, ya que se la sacó a 12 jugadores, y tres de ellos recibieron doble amonestación, que derivó en sus expulsiones.

El comienzo del partido de Giannini fue determinante. En el primer centro exigente al área de Instituto, sancionó el primer penal sobre el colombiano Peralta. Ahí no dejó dudas.

Con el correr del encuentro sus sanciones dejaron de ser firmes y abusó de su autoridad en jugadas, que si bien eran infracciones claras, comenzó a revolear por el aire una y varias veces la tarjeta amarilla.

En Gimnasia amonestó a Barsottini, Blengio, Pereyra y Quiroga . Y expulsó con doble amarilla a Fernández y Basualdo.

En Instituto hizo lo propio con Sánchez, Baez, Floris, Vismara y Bazán . Y le sacó la roja (doble amonestación) a Velázquez. Este último no debió ser expulsado dado que lo roza a Monetti en una carga pero el Mono exageró la caída y el juez compró.

También en el segundo penal, si bien el defensor de Instituto barrió sin tocar el balón, el colombiano Peralta aprovechó y se dejó caer encima del rival para “fabricar” la falta que luego Monetti la tiró a fuera. Anoche el partido debió tener otro pulso en la conducción. A Giannini le faltó “muñeca” y por eso también perjudicó al espectáculo.

EMPUJONES

El primer tiempo terminó bastante caliente en el Bosque, y en la manga mientras los equipos se dirigían al vestuario, se tuvieron que meter los auxiliares de ambos clubes para separar a los jugadores. Es que mientras se dirigían a la manga, el colombiano fue intercambiando palabras con el zaguero Báez, y la charla fue subiendo de tono, producto de los constantes golpes que le dieron junto al lateral izquierdo Floris.

Tal es así que debieron separarlos y por ello se vivió un momento de tensión, aunque como quedó dicho, la cosa no llegó a mayores porque enseguida intervinieron el resto de los futbolistas.