Un riesgo que estaba “cantado”

El proyecto original del Estadio apuntaba a su techado completo y no parcial, pero finalmente se optó por uno que deja parte del campo de juego al descubierto. En ese contexto, conocedores del diseño original del arquitecto platense Roberto Ferreira advirtieron oportunamente que la apertura favorecía el “embolsamiento” de las ráfagas y sometía a la membrana -que permaneció plegada y almacenada en un depósito nueve años- a tensiones extremas.