Luchas imaginarias y piñas reales

Por ALEJANDRO CASTAÑEDA

AL FILO DEL MAÑANA, de Doug Liman.- Tiene el formato narrativo de los videos juegos y recupera, entre vistosos artificios, una vieja ilusión de los hombres: la de volver atrás en el tiempo para poder cambiar lo que hicimos mal. Reiniciarnos. Eso le pasa al mayor Cage (Cruise), un militar que jamás pisó un campo de batalla y al que mandarán castigado al frente de una guerra que la humanidad viene perdiendo por goleada. Una terrible invasión -¡otra!- nos amenaza. Unos asquerosos extraterrestres avanzan a paso firme sobre la pobre Tierra. Nada los detiene. El mayor Cage, en su primer encontronazo, muere, pero se contamina con sangre forastera y entonces, a partir de ese momento, cada vez que muera, revivirá. Y Cage aprovechara cada resurrección para adelantarse a los hechos y mejorar el futuro.

El tema abreva en la ciencia ficción y roza en alguna medida la religión y la filosofía. El filme, liviano y chispeante, nos habla de un héroe forjado contra sí mismo, que pinta al destino como un ejercicio en constante formación y que sabe mezclar lucha, alguna sonrisas y la promesa de un mañana mejor. Buen libro y eficaz resolución. No es oscuro ni confuso, como tantas otras películas sobre raras amenazas y raros salvadores. No es larga, no explica demasiado, es llevadera, los efectos especiales ayudan y Tom Cruise demuestra otra vez que elige muy bien a esos antihéroes a quienes la casualidad y el destino los transforman y los redimen.

Volver para reiniciar. Hacer como las computadoras y los juegos. Conseguir vidas de repuesto para rehacer lo que anduvo mal. Ese es el viejo sueño de una humanidad sin borrador que jamás tendrá la chance recomenzar. Al final, Cage perderá su inmortalidad, aunque podrá empezar a disfrutar de una nueva vida, sin resurrección a la vista, pero sin extraterrestres y con una linda rubia. (*** ½) .

PELEAS REALES

MARAVILLA, LA PELICULA.- Buen documental. Está hecho con material que Juan Pablo Cadaveira fue reuniendo con mucha paciencia. Nos trae el comienzo de la carrera de este argentino que se dio a conocer cuando estaba a la puerta de la gloria. El núcleo central es la pelea con Chávez Jr. Pero también valen sus alrededores: la familia, sus amigos, la preparación, el paso por TV, los festejos. El filme subraya como hazaña la consagración de un boxeador que tuvo que enfrentar contrincantes de peso: la pobreza del hogar de Quilmes, el ninguneo deportivo, la crisis del 2001 que lo obligó a marcharse Europa, su tenacidad a prueba de todo, su talento como pugilista de estilo y, al final, su consagración tras doblegar una maraña de arreglos, acomodos, intereses y, además, al ascendente Chávez Jr. Hay buenas imágenes, testimonios valiosos. Vale la pena ver en pantalla grande y bien editado los momentos culminantes de esa pelea. Seguir de cerca lo que pasa en Las Vegas y lo que pasa en su casa de Quilmes. Entrenamientos, entrevistas, preparativos, todo refuerza la potencia de esos momentos únicos: la caminata hacia e l ring, sus nervios, la tensión, los rostros lastimados, las miradas. Interesante trabajo, ahora que faltan pocos días para que Martínez, este campeón demorado, suba otra vez al ring a defender lo que tanto le costó. (*** BUENA)

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