La orangután Sandra ya puede dejar el Zoo y mudarse a un santuario en Brasil

El caso de la orangutan Sandra, del Zoo de la ciudad de Buenos Aires, cobró fama no sólo en nuestro país sino internacionalmente cuando, por un hábeas corpus que presentó una ONG, fue declarada “persona no humana”. Así se buscaba mejorar las condiciones en las que vive en cautiverio. Y ayer, para alegría de muchos militantes de la causa de defensa de los animales, se confirmó que dentro de pocos meses el animal podrá finalmente mudarse a un santuario natural en Sorocaba, a 100 kilómetros de San Pablo, en Brasil.

El logro le pertenece en parte al abogado Andres Gil Domínguez, quien tras años de lucha consiguió que la Justicia le otorgara a la orangutana un hábeas corpus y fuera declarada “persona no humana”. Así, junto a una ONG, se consiguió que el primate tenga la posibilidad de tener una mejor vida que la que recibe en cautiverio. “Sandra tiene una capacidad cognitiva de un niño de 5 años. Le pido al Gobierno de la Ciudad que por favor autorice su traslado lo antes posible”, pidió el hombre ante los medios de comunicación.

La Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales (Afada) es la que la representa desde antes que su caso recorriera los medios del mundo. Desde allí informaron que “la buena noticia es que los directivos del santuario están dispuestos no sólo a recibir a Sandra, sino también a afrontar los gastos de su traslado y atención. Tenemos esperanza de que antes de fin de año se pueda resolver la situación”.

A fines del año pasado, cabe recordar, la Sala II de la Cámara de Casación Penal aceptó un hábeas corpus para que Sandra pueda vivir en libertad. Y en el fuero civil, la jueza porteña Elena Liberatori era quien debía resolver si ordenaba o no la liberación de la orangutana.

“Sandra es el primer gran simio que tiene representación legal en la Argentina en una causa penal, porque nunca se representó en juicio a un animal silvestre: estamos luchando contra todo un sistema judicial”, habían dicho desde Afada.

Sandra nació en Alemania en 1986 y llegó al Zoo porteño en 1994. En medio de denuncias por parte de empleados del zoo por maltrato y abandono animal, el debate sobre su futuro llegó, como se dijo, a los medios del mundo, quienes se hicieron eco del particular caso y volvieron a cuestionar el rol de los zoológicos en la sociedad actual.

Andrés Gil Domínguez
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