Eric Clapton: 70 años de rock y blues

El genial compositor británico acaba de festejar su cumpleaños número 70 y, lejos de jubilarse, anuncia la creación de un nuevo álbum. Condecorado, millonario y considerado por muchos como el mejor guitarrista de todos los tiempos, Sir Eric Clapton atravesó tragedias que, con el tiempo, supo transformar en melodías que se convirtieron en himnos para varias generaciones.

Corrían los años 60 cuando los Beatles y los Rolling Stones ya habían convertido al rock en un fenómeno mundial. Sin embargo, por esos mismos tiempos, en la misma Inglaterra de Jagger y de Lennon, cientos de grafittis se estampaban en las paredes de Londres que no referían ni a Lennon y Mc Cartney ni a Jagger y Richards. Las paredes aullaban “Clapton is God!!”, (Clapton es Dios), en referencia a un joven que desde muy temprano fue considerado un Dios de la Guitarra Eléctrica. Ese muchacho, a quien por su extraordinaria habilidad para tocar la guitarra también comenzaron a llamar “Slowhand” (mano lenta), era Eric Patrick Clapton, nacido en Surrey (Inglaterra) el 30 de marzo de 1945. El hombre que acaba de cumplir 70 años, vendió 129 millones de discos y tocó con todos los grandes de su tiempo -como Frank Zappa y los Beatles, Aretha Franklin, Mark Knofler o Bob Dylan- y que durante décadas creó hits que se convirtieron en éxitos de todos los tiempos como “I Shot The Sheriff”, “Lay Down Sally” o la balada “Wonderful Tonight”. Ese hombre que, a los 70, sigue siendo “El Dios viviente de la guitarra”, tanto como que la revista “Rolling Stone” lo situó en el segundo lugar de los 100 guitarristas más grandes de todos los tiempos, sólo por detrás de Jimi Hendrix (fallecido) y por delante del guitarrista de Led Zeppelin Jimmy Page.

LAGRIMAS EN EL CIELO

Aferrado desde siempre al mástil de su clásica Fender Stratocaster, este hombre que llegó a ser condecorado por la reina Isabel II como Comandante del Imperio Británico (una de las mayores distinciones británicas) con el título de Sir, (el que también ostentan otros músicos como Sir Paul McCartney, Sir Elton John y Sir Mick Jagger); que ganó varios premios Grammy y decenas de millones de libras esterlinas, estuvo signado por tragedias familiares y amores contrariados que lo llevaron a la composición de sus canciones más memorables.

Porque nada influyó tanto a Eric Clapton como la trágica muerte de su hijo Conor, el niño que se mató desde un rascacielos de Nueva York.

“Nunca tuve un sentimiento tan fuerte de estar llevando una vida normal que junto a Conor y su madre Lory. Conor era un precioso niño con pelo rubio, como el mío a esa edad, y ojos marrones”, contó Clapton en su libro autobiográfico.

Un día descubrió que había crecido junto a sus abuelos, no con sus padres, y que quien creía que era su hermana, era en realidad su madre. Y jamás conoció a su padre. Pese a ello, le dedicó el clásico “My Father’s Eyes”

Aquella mañana recibió una llamada anunciando su muerte. El niño de cuatro años se había caído, jugando, por una ventana abierta a nivel del suelo en el piso 53 de un rascacielos en Nueva York. Era el año 1991 y, poco después de aquella tragedia, hizo pública una canción con la que hizo duelo por la muerte de su hijo. Y “Tears In Heaven” se convirtió en un éxito mundial. “Cuando nos encontremos en el cielo, allí a tu lado, ¿me reconocerás, me llamarás por mi nombre, como aquí?”, dice el tema.

Si bien esa fue la tragedia que más lo marcó, no fue la única. Criado por sus abuelos a quien el joven Eric creía sus padres -porque su madre se marchó a Canadá- supo la verdad demasiado tarde y, cuando conoció a su madre, ya era demasiado grande.

Es que un día descubrió que había crecido junto a sus abuelos, no con sus padres, y que quien creía que era su hermana, era en realidad su madre. Y, por otra parte, jamás conoció al padre. Esa historia la reflejó en otra canción maravillosa llamada ‘My father’s eyes’ (Los ojos de mi padre).

Porque Clapton no supo hasta los nueve años que eran sus abuelos los que habían ejercido de padres, ya que Eric era hijo de Patricia Molly Clapton, quien había quedado embarazada de un soldado canadiense llamado Edward Walter, el padre que nunca conoció pese a haberlo buscado en forma desesperada. De su historia, sólo quedó una hermanastra.

Tal vez haya sido ese cocktail el que lo llevó, también, a las drogas y al alcohol.

Porque desde aquel entonces, cuando a los 17 años se unió a la banda The Roosters, el alcohol comenzó a influirlo. “El problema era que me agarraba desesperadamente a la botella y prácticamente había perdido todo control”, reconoció Clapton en su autobiografía “Mi vida”, que publicó en 2007. Necesitó varias desintoxicaciones para liberarse del alcohol, como hizo público en sus memorias.

Pero no sería su única adicción. En aquellos primeros años de la década de los 70, lo consumió también la heroína. Dejó de hacer giras y se recluyó en su residencia de Surrey, en el Reino Unido, y sólo apareció en el “Concierto por Bangladesh” en agosto de 1971, donde se desmayó en el escenario, fue reanimado, y continuó tocando.

Pero se recuperó, y hasta fundó en Antigua una clínica para la rehabilitación de adictos llamada “Crossroads”, el mismo nombre de la obra de arte de Robert Johnson y del festival que organiza desde entonces todos los años y en el que convoca a los mejores guitarristas del mundo.

LAYLA, MUSICA Y AMORES

Según señala uno de sus biógrafos, Julian Ruiz, es curioso y paradójico que Clapton sólo se haya casado en dos ocasiones. De la historia con la primera de sus esposas surgió una de sus canciones inmortales, ‘Layla’.

Pattie Boyd, que de ella se trata, era hija de un piloto de la RAF que a los 20 años fue modelo en la película de los Beatles, ‘Qué noche la de aquel día’. George Harrison se enamoró y se casó con ella, aunque Pattie, en realidad, se había enamorado antes de John Lennon, y tuvieron incluso un ‘affaire’ antes de que irrumpiera Yoko.

Pattie fue quien le enseñó el mundo del hinduismo a George e incluso le presentó al Maharishi Yogi. Pero en otra fiesta, en Chelsea, Eric Clapton la conoció, se enamoró perdidamente de ella y le compuso ‘Layla’ antes de que la mujer se separara de George, en lo que fue una canción y una historia de amor inmortal. Y pese a haberse casado con la mujer de su amigo, su amistad con George nunca acabó hasta la muerte del ‘beatle’.

Claro que, entre tanto infiernos vividos, siempre estuvo la música.

Su entusiasmo era tal, que cuando cumplió 13 años su abuela le compró su primera guitarra y a los 15 pudo cumplir su sueño: tener una guitarra Kay eléctrica con un amplificador de 30 vatios, con la que comenzó a tocar en clubes folk por las noches.

Se matriculó luego en el Kingston College of Art, donde eligió estudiar diseño de vidrio de colores, aunque sin embargo, la mayor parte de su tiempo se la pasaba tocando la guitarra. El resultado fue que en 1963 fue expulsado del colegio por mal comportamiento e ingresó al grupo The Roosters, en el que duró siete meses, para sumarse luego al grupo Casey Jones & The Engineers.

Pero el verdadero éxito de Clapton comenzó cuando se unió a The Yardbirds, a partir del que recibiera su apodo de “Slowhand”, al mismo tiempo que comenzaba su reputación como uno de los mejores guitarristas del Reino Unido.

Tocaría también junto al grupo Cream en el Royal Albert Hall de Londres; con los Bluesbreakes de John Mayall; sin olvidar otros capítulos clave aunque breves de su carrera, como por ejemplo Blind Faith, Delaney & Bonnie, Derek & The Dominos. Y hasta se dio el lujo de rechazar ofertas para sumarse a los Beatles.

Eso fue en el período en el cual George Harrison se había salido del grupo. El hecho es que Eric era demasiado amigo de George, quien por otra parte cambió rápidamente de idea y volvió a unirse a los genios de Liverpool. El mismo Clapton cuenta esta historia en uno de los DVD de “Beatles Anthology”, precisando que eso de tocar en los grandes grupos no era para él, aunque no mucho tiempo después, Clapton aceptó formar parte del grupo que produjo el primer álbum de la Plastic Ono Band de John Lennon y Yoko Ono.

EXITO Y MILLONES

Su extraña vida familiar siempre ha estado en consonancia con el propio pasado de Clapton. Tuvo cinco hijos con tres mujeres distintas, y con dos de ellas no estaba casado. Una de sus hijas se llama Ruth, quien tiene actualmente 28 años y su madre era Yvonne Kelly, la asistente de ‘sir’ George Martin, el productor de los Beatles en los estudios caribeños de Monserrat.

A lo largo de su vida, ha compuesto temas imborrables y ha ganado fortunas. Es dueño de una casa-monumento al estilo italiano en Hurtwood Edge; de un apartamento en Chelsea y una mansión en Gore, en Kensington, a tres minutos andando del Royal Albert Hall, y de una colección de autos increíble.

Hizo un hito de "Cocaine"; vendió millones de placas con 'Layla' tras afrontar el remordimiento por haberse enamorado de la mujer de Harrison; y tras la tragedia de su hijo compuso "Lágrimas en el cielo", tal vez el capítulo más famoso de su repertorio

En sus 70 años, la droga y el alcoholismo casi lo dejan fuera de la música y de todas sus vivencias sacó música. Hizo un hito de “Cocaine”; vendió millones de placas con ‘Layla’ tras afrontar el remordimiento por haberse enamorado de la mujer de Harrison; y tras la tragedia de Conor, el hijo que tuvo con la actriz italiana Lori Del Santo y que perdió la vida tras caer al vacío de un rascacielos, escribió a partir de ese drama “Tears In Heaven”, otra joya poética y musical y tal vez el capítulo más famoso de su repertorio.

Con el tiempo, poco a poco Clapton logró, sin embargo, encontrar el camino de la serenidad que lo transportó hasta estos días. Y en plena edad de jubilación, a los 70, está a punto de publicar un nuevo álbum, “Forever Man”, que saldrá a la venta el 11 de mayo y que reunirá obras inéditas del músico, junto a temas que están considerados entre los más exitosos de la historia.

Eric Clapton, el “Dios de la guitarrra”, “slowhand”, sigue siendo a los 70 uno de los gra ndes nombres de una generación de músicos que quizá no vuelva a repetirse.

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