¿Inútil o taoísta? Martín Piroyanski preferiría no hacerlo

El actor se pone en la piel de un individuo que no hace nada en lo nuevo de Alejandro Chomski, una parodia sobre la creación cinematográfica

Alejandro Chomski, autor de filmes tan disímiles como “Hoy y mañana” y “Dormir al sol”, el segundo de acuerdo a un relato de Adolfo Bioy Casares, vuelve tras un paréntesis de seis años con tres obras que se estrenarán -una semana tras otra desde este jueves-, la primera una nueva ficción, “Maldito seas Waterfall”, que adapta el relato homónimo de Jorge Parrondo.

Chomski es un cineasta muy ligado a la literatura: incluso es amigo de Paul Auster, de quien alguna vez piensa rodar su novela “El país de las cosas perdidas”, que los dos versionaron cuando el primero estuvo en 2001 en Buenos Aires para ambientarla en esta ciudad: “Me acuerdo que Paul miraba por la ventana del hotel a los cartoneros con mucha atención, mientras yo le decía que este era el país al que se refería”, recuerda.

Chomski, también autor de los documentales “Existir sin vos: Una noche con Charly García” y “Alek”, acerca del viaje que hizo con su abuelo a Rusia, cuenta en “Maldito seas Waterfall” la historia de Roque Waterfall (Martín Piroyansky), quien a los 30 años, luego de pasar una de sus crisis asmáticas, retoma su vida improductiva de vivir de renta y ser fan de Atlanta, cuando conoce a un intelectual nihilista alemán, que llega a Buenos Aires para hacer un documental sobre “gente que no tiene nada”.

Sin embargo, el cineasta europeo cambia el eje y decide hacerlo sobre alguien que no hace nada, un individuo totalmente improductivo, sin motivaciones ni ambiciones, para lo que precisamente este personaje con singulares ambiciones le viene como anillo al dedo.

Al mismo tiempo, a Waterfall se le cruza una mujer cuya sensualidad y encanto lo incitan a abrir un paréntesis a esa vida sedentaria y monótona para tener junto a ella la ilusión de algo superador.

La superposición del material documental -en blanco y negro- sobre la vida “taoísta” de Waterfall, y su otra vida ficcional-real, devienen una parodia sobre el mecanismo de creación.

“El proyecto nació cuando yo estaba en Estados Unidos, la acción tenía lugar allí, y yo pensaba en John Cusack y Tom Waits para los personajes, que teminaron haciendo Piroyansky y Walter Jakob, pero era imposible porque en ese momento el cine independiente de película de dos millones de dólares de Los Ángeles se estaba muriendo”, revela Chomski.

Piroyanski es acompañado por Rafael Spregelburd, Juana Schindler, Javier Lombardo, Damián De Silva, Luis Machín y hasta Matías Alé.

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