Preocupación y advertencias por la banda de los “abrepuertas”

Hace cuatro meses apareció en la Ciudad una banda a la que le adjudican por los menos cuatro golpes en viviendas de la zona Norte. Las víctimas coinciden al describir la fisonomía y los modos de los ladrones: dicen que son “amables”, aunque parecen capaces de dejar de lado los buenos modales si no consiguen lo que quieren; atan o encierran a los testigos y buscan, sobre todo, dinero. Todos los hechos fueron a la tarde, poco después del mediodía.

Los delincuentes son tres, actúan como profesionales y los investigadores los bautizaron “los abrepuertas”, porque ingresan a las casas sin violentar cerraduras y echando mano a un recurso tan barato como novedoso: una tarjeta de plástico blando que insertan por el pequeño resquicio entre el filo de la puerta y su marco, hasta correr el pestillo.

Una vez que están adentro de la vivienda toman rápido el control de la situación y no se demoran mucho en irse, cuidando siempre que nadie vea en qué escapan.

Hasta ahora la policía confirmó al menos cuatro episodios en los últimos cuatro meses, uno de ellos frustrado por los gritos de auxilio de las víctimas. Extraoficialmente trascendió que en la última semana hubo dos hechos más en Tolosa, pero fuentes policiales y judiciales lo desmintieron. Lo concreto es que se unificó la investigación de todos los casos, a cargo de la DDI La Plata.

caso por caso

El primer hecho sucedió el 13 de junio en una casa de 35 entre 8 y 9, propiedad de un empresario. Los asaltantes abrieron la puerta con una tarjeta de plástico y se metieron en la finca en la que estaban dos nenes de 10 y 12 años y la niñera que los cuida.

Los tres fueron llevados bajo amenazas a un baño, donde permanecieron encerrados hasta que los intrusos -que eran tres- se fueron. Buscaron dinero hasta encontrarlo y con eso escaparon. Aunque las fuentes del caso no dieron precisiones, se habrían llevado una fuerte suma en efectivo.

De este episodio los investigadores rescataron un material clave, ya que la casa tiene cámaras de seguridad y los ladrones no usaron máscaras. Después de este hecho ocurrió otro más en la misma zona, del que no trascendieron detalles, salvo que los autores se manejaron con la misma modalidad.

El 18 de octubre, en tanto, hubo dos episodios más, con una hora de diferencia. Cerca de la 1 de la tarde sorprendieron a un par de mujeres en una casa de 26 entre 32 y 33 y las encerraron en un baño, pero como las víctimas gritaban tanto, los intrusos decidieron irse sin robar nada.

A las dos de la tarde siguieron su raid en una casa situada en 9 y 518 bis, donde estaban un hombre de 69 años (dueño de dos locales de una conocida empresa que vende hamburguesas y panchos), su esposa y la empleada doméstica.

Sin violentar nada accedieron a la vivienda y redujeron a los dueños. Para evitar contratiempos, los ataron y amordazaron. Robaron un arma de fuego y un maletín que, según un vocero, tenía dinero adentro. Sin embargo, un jefe policial dijo que en la denuncia se aclara que el damnificado no pudo precisar qué contenía.

para tener en cuenta

Los investigadores aclararon que los ladrones “no usan tarjetas de crédito o débito viejas” para correr los pestillos de las puertas “porque es un plástico duro y ellos necesitan que sea flexible”, por lo cual las confeccionan con el plástico de una botella o con una radiografía.

Las puertas más vulnerables para la modalidad de esta banda son las que tienen un picaporte externo fijo. Por eso, los policías recomendaron a quienes tengan este tipo de puertas que las “cierren siempre con llave y la saquen de la cerradura, excepto si le dan una sola vuelta”. La sospecha más fuerte es que los delincuentes son del conurbano, ya que “dan los golpes cerca de los accesos, para garantizar una fuga rápida”, explicaron.