Terminan perdiendo el placer de jugar

MIGUEL ANGEL RUSSO 
Psiquiatra especialista en deportes

 

Cuando los chicos empiezan a hacer un deporte, la actitud de los padres debe limitarse a acompañarlos y alentarlos; y nada más. Los papás sobreexigentes, gritones o que les trasmiten todas sus expectativas terminan en general provocando en ellos un efecto contraproducente. Y es que la presión que ejercen sobre los hijos, muchas veces sin darse cuenta, atenta directamente contra el componente lúdico del juego, que es lo más importante a esa edad. Lo que sucede entonces es que los chicos dejan de disfrutar lo que hacen para empezar a padecerlo y muchas veces terminan desarrollando con el tiempo un mecanismo de evitación. Es muy común en estos casos que los chicos al crecer, en vez de jugar mejor como esperan sus papás, se alejen de ese deporte porque les genera angustia. La presión hizo que desapareciera en ellos todo el placer que sentían al jugar.

chicos
Miguel Angel Russo

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