El desafío para 2017: domar los precios
| 18 de Diciembre de 2016 | 00:20

Los resultados de la medición de noviembre del INDEC volvieron a encender alarmas. Es que el Indice de Precios al consumidor, que mide la variación del costo de vida trepó el mes pasado un 1,6 por ciento, lejos de las proyecciones de caída que se esperaba. Así, 2016 cerró un año que en materia de precios no fue precisamente positivo y el tema claramente se instaló como uno de los principales problemas de la actualidad.
Según un trabajo de la consultora Management & Fit, los últimos datos reflejan que el proceso de baja de la inflación está en marcha, pero que avanza a paso lento y las proyecciones apuntan a un 2016 con varios puntos más de inflación que el 2015 (40% contra 27% anual).
VALORES REPRIMIDOS
Este resultado es tan cierto como decir que el mismo se debe al sinceramiento de dos precios clave, tarifas y tipo de cambio, que venían siendo reprimidos. Absorbido el impacto del shock inicial, la dinámica de la inflación hoy se mueve al compás de la inercia (que empuja) y la recesión (que tira). Estos factores afectarán los precios en 2017.
La consultora señala que según el INDEC, los precios minoristas aumentaron 1,6% el mes pasado, cortando así con la aceleración que venía mostrando desde hace 2 meses. La inflación subyacente (excluye precios regulados y estacionales) fue de 1,7% mensual, algo por encima del objetivo del Banco Central para esta etapa del año.
Con discrepancias, las estimaciones alternativas se movieron en la misma línea. Así, el IPC de la Ciudad de Buenos Aires registró un aumento mensual del 2% (versus 2,9% de octubre), mientras que el promedio de estimaciones reportadas por el Congreso arrojó una suba de 1,9% (frente a 2,9%).
Las cifras del interior (no influenciadas como las de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por el aumento en subtes, taxis y el arrastre del gas) van en el mismo sentido.
La aceleración de la devaluación (4% mensual, frente al 1% de los 3 meses anteriores) tuvo un impacto acotado sobre los precios debido, principalmente, al deprimido nivel de actividad. En vez de trasladar costos a precios, muchas empresas parecen haber priorizado empujar el volumen de ventas. La inflación se mueve apenas por debajo de su “velocidad crucero”. Si la dinámica de los precios durante el primer semestre estuvo signada por la devaluación y el incremento de tarifas , el segundo semestre dio inicio al proceso de desinflación .
La diferencia entre ambas mitades del año es notoria: la inflación promedió cerca de 4% mensual en los primeros seis meses, frente al 1,5% de la segunda parte del año.
El comportamiento de los precios está por debajo del 2% promedio del segundo mandato de Cristina Kirchner y si no se redujo aún más es por la inercia inflacionaria.
El tema es si la tendencia se consolidará.
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