Un cierre de año que no estuvo a la altura de la gran campaña
| 18 de Diciembre de 2016 | 00:59

Por NICOLAS NARDINI
ANALISIS
La derrota ante Defensa y Justicia que marcó el cierre del año deportivo para el Pincha sembró dudas inesperadas en torno al funcionamiento de un equipo que pasó de ser el más confiable del fútbol argentino a uno con problemas en varios sectores del campo.
El punto sumado sobre los últimos doce que se pusieron en juego es un reflejo inesperado de un cierre de año muy por debajo la gran campaña de un elenco que hasta hace poco mandaba en soledad. Desde que perdió el invicto ante Banfield, Estudiantes tuvo partidos correctos, regulares y uno decididamente flojo como el de ayer, pero quizás el punto que produce más preocupación es que por primera vez se vio a un conjunto superado anímicamente por la situación.
¿Por qué se cayó la sólida estructura táctica albirroja? Esa fue la pregunta que invadió a los miles de hinchas que en la tórrida tarde de ayer coparon una vez más el Ciudad de La Plata. Resultaría inverosímil atribuir el evidente bajón a un punto en particular. Fueron varios los factores que confluyeron al unísono para que el León mutara de equipo modelo en el plano táctico a otro con fisuras en su estructura defensiva y carencias en la faceta ofensiva.
¿POR QUE SE CAYO EL EQUIPO?
Con la racha positiva en su apogeo, todos los rivales empezaron a jugarle de otra manera al otrora puntero. Lejos de caerse en la difícil seguidilla que el programa de partidos le había puesto por delante ante los grandes, el León se despidió de su invicto ante Banfield. De ahí en adelante, no tuvo enfrente a ningún rival superior a priori por talento individual o estructura colectiva, pero así es el fútbol. Los adversarios de menos fuste en los papeles, fueron los que terminaron poniendo en apuros a los conducidos por Vivas.
Ante Talleres quedó al desnudo la falta de eficacia en los últimos metros de la cancha, contra San Martín de San Juan volvió a dilapidar una innumerable cantidad de situaciones de gol sobre la portería rival y, encima, sintió las bajas en defensa que minaron la solidez de un conjunto que mostró fisuras en el fondo que casi no se habían visto hasta ese entonces.
En el cierre de esta mini racha adversa se dio, quizás, el partido más flojo de Estudiantes en el semestre. Porque a diferencia de partidos anteriores, donde poniendo en la balanza méritos y búsqueda nunca había sido menos que sus oponentes, ayer se mostró como un equipo con dudas para defender y poca lucidez para atacar.
A no confundirse, a Defensa y Justicia no le sobró nada. Tan solo fue un rival ordenado y molesto, astuto en lo táctico para poner nervioso a Estudiantes. Supo ponerse el traje de rival incómodo, antipático. El tema es que el Pincha, ante esta receta del Halcón, tuvo dos pecados capitales: no encontró las variantes suficientes para vulnerar ese escollo defensivo y, encima, tuvo desatinos defensivos que le costaron goles. En definitiva esos desajustes derivaron en la concreción de una inesperada derrota.
La caída ante el Halcón fue un sacudón para Estudiantes. Resultó, quizás, exagerado el “tengo fuerzas para seguir” que soltó Vivas en camarines, porque en definitiva se trata de un equipo que está bien arriba en la tabla. Eso sí, tendrá que encontrar variantes para abrir los trámites ante equipos que se le cierren en el fondo y deberá retomar el camino de la solidez atrás.
El gol de penal de Viatri parecía que abría el camino a una victoria trabajada. Sin embargo, un pésimo retroceso defensivo dejó al equipo abierto para el empate transitorio y un descuido posterior en las marcas que le terminó dando el triunfo al club de Florencia Varela, que se fue hasta con más premio del que vino a buscar a nuestra ciudad.
El mal cierre de año no tira por la borda la gran campaña, pero sí empaña el andar de un Pincha que pasó de ser un inesperado líder e invicto a un conjunto que fue de mayor a menor. Extrañamente, en lugar de crecer apoyado en la confianza que dan por los buenos resultados, mermó su rendimiento después de llegar a lo más alto. Debe darle una inevitable vuelta de rosca a su juego, para volver a creer que pelear por el título aún es posible.
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