La ciencia ahora recomienda dormir con medias para combatir el insomnio

La ciencia tiene respuesta para todo. Ahora les ha dado la razón a los que duermen con medias, a pesar de que no son pocos los argumentos que se plantean en contra.

Inés Picornell Darder, especialista en Neurofisiología Clínica y presidenta de la Sociedad Española de Neurofisiología, señala la importancia de conocer y dominar los diferentes estadios del sueño: “Durante la fase denominada NREM (de adormecimiento y sueño ligero o ‘non rapid eye movement’, por sus siglas en inglés), la temperatura corporal suele bajar. De hecho, este descenso comienza a partir de las cinco o seis de la tarde. En este primer tramo, todo se regula: la respiración, el tono muscular y la frecuencia cardíaca”.

Según un ensayo publicado en la revista Nature, cuando los pies están calientes, las venas se dilatan ayudando a expandir el calor por todo el cuerpo. “Es entonces cuando el cerebro entiende que ha llegado el momento de descansar. Por el contrario, si nuestro organismo se mantiene frío, este tendrá que trabajar más para regular su temperatura. Lo que nos mantendrá alerta, poco relajados, y tardaremos en dormirnos”, explica.

“Al entrar en la fase REM (de movimiento ocular rápido o ‘rapid eye movement’), las frecuencias del cuerpo se alteran y la temperatura no está controlada”, agregó la experta al diario español El País. Este aumento de la temperatura explica por qué en medio de la noche se sufre calor, y quien esté dormido se destapa o se quita ropa.

CUESTION SEXUAL

La peor arista de la mala fama que tienen las medias es la que las cree incompatibles con la intimidad de la pareja. Afortunadamente, para quienes no pueden prescindir de esta prenda un estudio de la Universidad de Groningen, en Holanda, no coincide que las medias sean un obstáculo en la cama ya que demostró que “llevar esta prenda durante las relaciones sexuales facilita a ambos sexos la llegada al orgasmo”.

El neurocientífico Gert Holstege buscaba averiguar qué partes del cerebro se activan al momento de alcanzar el clímax y, para su sorpresa, descubrió que el 80% de las parejas llevaban los pies cubiertos en el momento de mayor pasión. La explicación es muy simple: cuando la temperatura de los pies es la correcta, la sangre se irriga correctamente a todo el cuerpo, incluyendo al clítoris y los genitales masculinos.

Al final, los estudios científicos parecen alentar el viejo método de las abuelas: dormir con medidas, tanto en invierno como en estaciones más cálidas, no es tan malo como algunos podían creer.

Quizá haya que volver a la vieja tendencia de tejer escarpines para dormir con los pies abrigados. Aunque en realidad, un buen par de medidas de algodón puede cumplir esa función sin mayores inconvenientes.

Las cuestiones estéticas no tienen demasiado que ver. Acá se habla, después de todo, del buen descanso y del sexo en la pareja.

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