Un crimen brutal en Ensenada movilizó a los vecinos en reclamo de justicia
| 12 de Abril de 2016 | 02:09

A un mes del robo en Ensenada, que le costó la vida a Juan Pablo Rigotti (32), ayer se organizó una marcha por esa ciudad para mantener vivo el recuerdo del joven y para reiterar su reclamo de justicia. Unas 60 personas se congregaron en la Casa de Cultura, poco después de las 18, y desde ahí caminaron por el centro hasta la Plaza Belgrano, frente a la Municipalidad.
Se trató de una “marcha de respeto” y en silencio. El grupo incluyó a familiares, amigos, vecinos y otros allegados de Berenice Martínez (27), la novia del muchacho que mataron, que también salió lastimada tras el hecho y todavía sufre las secuelas.
Quizá la ausencia de ella fue una de las más notorias en la movilización. Pero tenía motivos suficientes, vinculados al malestar anímico que aún padece.
Todo se remonta al viernes 11 de marzo, cuando un delincuente se metió en la casa del barrio Cambaceres que la pareja compartía. El intruso tenía un cuchillo, con el que enseguida redujo a Juan Pablo y a su novia, llevándolos a la planta baja. Todo el tiempo pedía dinero, mientras sujetaba al joven por el cuello.
“En ese momento el dueño de casa logró zafarse y se trabó en lucha con este sujeto, quien le produjo varias puñaladas y atacó también a la mujer”, dijo la policía en aquel momento.
La chica sufrió lastimaduras en los brazos y le quedaron algunos tendones y nervios cortados. Su novio ya agonizaba.
“Lo terrible es que después de acuchillar a Juan Pablo, le gritaba ‘te maté, te maté’. Y mientras se escapaba por el mismo balcón por el que entró, la miró a mi hija, le mostró la cuchilla y se le rió”, contó el día del hecho el suegro de Juan Pablo, Omar Martínez (65).
Unos días después cayó preso un sujeto de 49 años, que vivía a 10 cuadras del lugar del hecho. En su casa había elementos que lo complicaron en la causa, según aseguraron los detectives.
“no queremos venganza”
En una entrevista con EL DIA a poco de empezar la marcha de ayer, Olga, la madre de Berenice, señaló que se apegarán a “la vía judicial, sin nada violento o buscando venganza”. Como ejemplo, mantuvieron ayer una movilización en silencio, portando velas y volantes donde se recordaba el caso. Faltaron los familiares de Rigotti, oriundos de Tandil, igual que la víctima.
La mujer sostuvo que el delincuente que mató a Juan Pablo e hirió a su hija “tuvo una actitud sádica, cruel e inmoral”.
Ella destacó además la unión de ambos como novios y recordó que “el día anterior -del asesinato- ellos habían cumplido 10 años en pareja”.
Lo que antes se parecía a una historia de amor y trabajo en conjunto terminó desdibujada por completo. Berenice sigue intentando rehabilitarse de los cortes profundos que sufrió en la mitad del robo. Por ahora está lejos de poder ejercer alguno de sus trabajos y actividades: artista plástica, maestra jardinera y profesora de flamenco. Su familia y sus amigos juntaron la plata para los tratamientos, porque ella no tiene obra social.
Pero lo físico a veces parece ser algo menor: “Mi hija sigue teniendo pesadillas horribles, vuelve a ver la imagen del tipo riéndose de que había matado a Juan Pablo. Se acuerda de todo”, enfatizó Olga.
Mientras se esperan los avances en la causa, el entorno de una pareja desmembrada insiste en mantener vivo el reclamo de justicia.
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