“Cruising”: Solos y solos

Por

Irene Bianchi

“CRUISING”, de y por Julián Arenas. Elenco: Sebastián Francini, Federico Wagner, Julián Arenas, Pablo Scorcelli, Esteban Lisazo, Diego Crevacuore, Mauricio Camuglia, Inti Zuñiga, Pablo Champagne, Rolando Tabares. Diseño de maquillaje: Mariana Mendi. Diseño de escenografía: Becky Morón. Diseño de iluminación: Noelia Balbo, Becky Morón, Julián Arenas. Diseño audiovisual y sonido: Noelia Balbo. Fotografía: Fuentes Fernández Fotografía. Producción ejecutiva: Julio Piñeyro. Producción general: JUJU Producciones. Productor asociado: Teatro Porteño. El Bombín, 59 entre 12 y 13.

El principal acierto de esta arriesgada propuesta de Julián Arenas es indudablemente el tono humorístico con el que aborda un tema bastante sórdido. Tan sórdido como ese oscuro antro en el que se encuentran hombres para entablar vínculos ocasionales (o no tanto).

El diccionario así define “cruising”: la actividad de buscar sexo en lugares públicos, como parques, playas o descampados, principalmente referido a los varones homosexuales.

El lugar propuesto en esta pieza hasta tiene túneles, sitios oscuros y prohibidos; es una suerte de “Hotel California”, ese lugar al que se puede entrar, pero del que no se puede salir. Esa advertencia hace el personaje de “Dante” (Francini), apostado en la puerta de ese Infierno: nadie sale igual a cómo entró.

El “Pedro” de Julián Arenas es un anti-héroe, un “loser”, una especie de Woody Allen cuando el actor hace gala de su nula auto-estima, su hipocondría, su inseguridad y su paranoia. Pedro acaba de terminar una relación de pareja importante, y no sabe qué hacer para olvidar a su amado y llenar ese vacío. No lo puede superar.

Su amigo “Lean” (Wagner) lo lleva al antro en cuestión, para que se distraiga y –en el mejor de los casos –enganche algo. Ambos serán allí testigos de una serie de escenas, guiados por Dante, el Maestro de Ceremonias de “Cruising”. Verán a “Maxi” (Crevacuore) y a “Fer” (Champagne), dos amigos con derecho a roce; a un joven médico (Lisazo) y su paciente-novio, portador de HIV (Zuñiga); y al propio Lean levantándose a “Matías” (Camuglia), un chico del interior. Mientras tanto el barman “Niño Hobbit” (Tabares), sirve tragos y baila sobre un parlante.

A pesar de su resistencia y desconfianza, y de un hallazgo muy poco feliz, a Pedro lo flecha otro provinciano, “Patricio” (Scorcelli), y la cosa empieza a fluir.

Destacamos las composiciones de Sebastián Francini, con un aire al inolvidable Joel Grey de “Cabaret”, y la espontaneidad, gracia y frescura de Federico Wagner, la “amiga” incondicional del protagonista. “Pedro” despierta empatía, y genera identificación. ¿Quién –sea gay o hetero- no ha sufrido alguna vez un desengaño amoroso, del que no puede reponerse fácilmente?

La puesta es ágil, matizada con filmaciones, en las que vemos el devenir de las historias planteadas. La escenografía es funcional, y se acomoda a las distintas escenas.

“Cruising” habla de temas serios, sin ponerse serios. No es poco.

Diego Crevacuore
Esteban Lisazo
Julián Arenas
Mauricio Camuglia
Pablo Champagne
Sebastián Francini

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