¿Hacia un cambio de época en la Justicia?
| 8 de Abril de 2016 | 01:33

Por MARIANO SPEZZAPRIA
El mensaje del presidente de la Corte Suprema fue contundente. Ricardo Lorenzetti dijo que llegó el tiempo en que la lucha contra la “impunidad” se convierta en “una política de Estado”. Los destinatarios de esa declaración de principios, realizada en medio del estallido de resonantes casos de corrupción, fueron los jueces y fiscales federales que deben investigarlos.
No fue una definición menor la de Lorenzetti, justo cuando ex funcionarios y allegados al poder político kirchnerista comenzaron a desfilar por los tribunales de Comodoro Py en causas por ilícitos de diversa índole. Y también en momentos en que la Justicia no consideraría suficiente la explicación del presidente Mauricio Macri sobre su participación en una sociedad “offshore”.
A este combo ya de por sí explosivo, tanto que llevará a los tribunales a la ex presidenta Cristina Kirchner el próximo miércoles, se sumó ayer la renuncia de Norberto Oyarbide. El magistrado se había convertido, desde aquella lejana década menemista, en un símbolo de los cuestionamientos hacia la Justicia federal, por su condescendencia con el poder político.
La salida de Oyarbide debería representar una buena noticia, aunque su actuación fue tan criticada que hasta su acto de renuncia puede causar reproches
Por ende, la salida de Oyarbide debería representar una buena noticia para el Poder Judicial, aunque su actuación fue tan criticada que hasta su acto de renuncia puede causar reproches. Por caso, el de la diputada Elisa Carrió, quien manifestó su oposición a que el presidente Macri acepte su dimisión y que, por lo tanto, le allane el camino para conseguir la jubilación.
Por el contrario, Carrió piensa que Oyarbide debe ser sometido a un jury de enjuiciamiento en el Consejo de la Magistratura y ser destituido, lo cual lo privaría de los haberes jubilatorios. Además, la legisladora dijo que la renuncia de Oyarbide fue gestionada en las sombras por el presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, a quien acusa de “operar” ante los magistrados.
“Eso se llama impunidad”, advirtió Carrió, quien ya había puesto en la mira a Angelici de tal forma que incomodó al Presidente. Paradójicamente, Oyarbide fue citado en la causa en que se investiga al titular de Boca por su supuesta injerencia en los tribunales, que instruye el juez federal Sebastián Casanello, para saber si realmente fue presionado para que se retire.
Casanello es el juez del momento en la Argentina: fue quien ordenó la detención de Lázaro Báez, en una investigación sobre la “ruta del dinero K”; y por si fuera poco, en los próximos días deberá resolver un pedido del fiscal federal Federico Delgado para que impute al presidente Macri el delito de “omisión maliciosa”, a raíz del escándalo de los “Panamá papers”.
La acción judicial cayó como un balde de agua fría en la Casa Rosada. El propio Macri apareció ayer por la tarde en un acto en el que anunció que se presentará ante un juez civil para que emita una “declaración de certeza” sobre su comportamiento respecto de la sociedad “off shore” que abrió su padre Franco Macri en 1998, en el paraíso fiscal de las islas Bahamas.
El cambio de actitud de los jueces, que se empezó a verificar en las últimas semanas para acelerar causas sobre ex funcionarios kirchneristas, también podría aplicarse en la investigación al propio Presidente
Esa declaración estaría destinada a probar que Macri no escondió su participación en esa sociedad entre 2005 y 2009, cuando se dio de baja, período en el cual fue diputado nacional y luego jefe de Gobierno porteño, por lo cual estaba obligado a declarar su patrimonio. Aunque el fiscal Delgado buscaría investigar si efectivamente no se registraron movimientos de fondos.
Ese es el argumento que dio el Presidente para justificar que no incluyó ese dato en sus declaraciones juradas. Los periodistas de investigación que trabajaron en el caso –especialmente en la Argentina- consideran que la Justicia podría constatar las afirmaciones de Macri a través de un exhorto en el que requiera información sobre esa sociedad a las Bahamas.
El cambio de actitud de los jueces, que se empezó a verificar en las últimas semanas para acelerar causas sobre ex funcionarios kirchneristas, también podría aplicarse en la investigación al propio presidente de la Nación. Así, la Justicia daría a la sociedad el mensaje de que está dispuesta a investigar más allá de las conveniencias políticas de cada momento.
En ese sentido, el fiscal José María Campagnoli –que fue perseguido por el kirchnerismo- dijo que las investigaciones de la Justicia brasileña sobre la corrupción del poder político y económico del país vecino pueden haber sido “inspiradoras” para los jueces argentinos. Y la declaración el supremo Lorenzetti sobre el “nunca más” a la impunidad así lo corrobora.
El hecho de que el presidente de la Corte eligiera un homenaje al fiscal del Juicio a las Juntas militares Julio César Strassera para dar ese mensaje a todo el Poder Judicial indica, además, que se pretende seguir el ejemplo de alguien que no vaciló en llevar adelante su trabajo pese a que estaba enfrentando poderes fácticos que, por mucho, superaban su propia investidura.
Habrá que ver, de aquí en más, si efectivamente se está transitando el espinoso camino hacia un cambio de época tan necesario para la Justicia argentina.
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